Un suceso que debe siempre estar en su mente

Hubo una vez que la economía venezolana cayó a partir del endeudamiento del país, inmediatamente después ser pasar por una bonaza petrolera como consecuencia al incremento bastante elevado del precio del petróleo en los 70, este endeudamiento causó que se devaluara nuestra moneda el llamado viernes negro, febrero de en 1983, cuando estaba como Presidente de la República el copeyano Luis Herrera Campins, y después el adeco Jaime Lusinchi no fue capaz de frenar la espiral inflacionaria en su quinquenio de gobierno. Algunas de las políticas que emplearon estos gobernantes fueron controles de cambio, Recadi, cuando Herrera Campins y un control de precios cuando Lusinchi, medidas que devinieron en corrupción administrativa y mercados negros de divisas y bienes. De allí que a los pocos días de asumir el gobierno el adeco Presidente Carlos Andrés Pérez, culpable del endeudamiento en su gobierno anterior, anuncia un programa de ajustes macroeconómicos diseñado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) al que se le llamó Paquete Económico y al Ministro de Cordiplan “Paquetico Rodríguez”; que según su plan estaba el generar cambios sustanciales en la economía del país con medidas de aplicación inmediata y otras de aplicación gradual. El paquete comprendía decisiones sobre la deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos, liberación de precios, eliminación del control de cambio, aumento de la gasolina, aumento del pasaje del transporte urbano y interurbano, y todo ésto estalló como una bomba en la población de menores ingresos. 

Las principales y contundentes medidas anunciadas fueron: Liberación de los precios de todos los productos alimenticios a excepción de 18 renglones de la cesta básica;  incremento gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico; aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%; unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial; aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo; eliminación progresiva de los aranceles a la importación; congelación de cargos en la administración pública; etc. El 26 de febrero el Ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e inter-urbano también en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes. Las medidas económicas impuestas por el gobierno y la creciente tasa de pobreza originaron protestas muy contundentes aunque pacíficas. Las protestas se iniciaron en Guarenas (ciudad ubicada a 15 kms al Este de Caracas) la mañana del 27 de febrero de 1989, extendiéndose rápidamente en las gentes de escasos recursos de la capital en zonas populares como Catia, El Valle, Coche y Antímano, y sus habitantes toman el control de las calles. Al principio en los sectores populares había protestas pacíficas, pero ante el descontrol y la ineficacia de los cuerpos de seguridad se producen enfrentamientos y saqueos a los mercados de alimentos por personas que tienen hambre.  En horas de la tarde ya había problemas en casi todos los barrios y urbanizaciones de Caracas, los comercios habían cerrado sus puertas y el transporte público no prestaba servicio. Protestas violentas también se originaron en otras ciudades como La Guaira, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Mérida y Ciudad Guayana

Desbordado el Gobierno declaró el toque de queda y militarizó las ciudades principales aplastando las protestas con una violencia desmesurada. En la ciudad de Caracas se ordenó al Ejército la custodia de la ciudad y las tropas fueron habilitadas para disparar sus armas con la justificación absurda de que solo así se podría contener las manifestaciones. El número de muertos es impresionante, el gobierno dijo que fue unos 300 pero algunas individualidades dijeron que estaba sobre los 5.000, unos cientos de heridos y enormes pérdidas materiales. La represión fue especialmente dura en los barrios pobres de la capital. El poder ejecutivo suspendió las garantías constitucionales y durante varios días la ciudad vivió sumida en el caos, las restricciones, la escasez de alimentos, la militarización, los allanamientos, la persecución política y el asesinato de personas inocentes. El Caracazo significó para el país la masacre más espantosa habida en Venezuela, a pesar del decir de los gobernantes que ese sistema era el más democrático que la República hubiera tenido en su historia, una enorme mentira desde el mismo comienzo del Pacto de Punto Fijo lleno de la más absoluta inestabilidad política. A pesar de los miles de asesinados el gobierno continúa con su agenda de ajustes económicos y el 7 de marzo se decreta la liberación de los precios de alimentos y bienes. Es por lo antes expuesto que los adecos, copeyanos y derivados tratarán de engañar nuevamente al pueblo venezolano para imponer sus planes criminales tal como lo fue el genocidio perpetrado en El Caracazo, en el cual se irrespetó el más elemental de los derechos humanos. De forma y manera que vea, piense y dese cuenta  que por ahora el bienestar de Venezuela radica solo con la reelección del Presidente Hugo Chávez Frías, y punto.

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José M. Ameliach N.


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