Nadie duda que una de las armas de la vergüenza de oposición que aquí padecemos los venezolanos, es el sabotaje de la obra de gobierno a como dé lugar, los constantes apagones, sin razón evidente, los problemas en el metro, muy frecuentes y aquí en el Táchira donde de manera infraganti fue encontrado un individuo, soplete en mano rompiendo una guaya de uno de los puentes claves para el tránsito entre los estado Mérida y Táchira, y no se diga la actitud de los alcaldes de la derecha como es el caso de la de la capital de este Estado, que mantiene en diferentes sitios de la ciudad encendidas durante las 24 horas las luces de calles y avenidas, en un derroche enorme de energía que contribuye a empeorar las dificultades del servicio eléctrico, pero por lo visto no es solo aquí; yo que oigo con frecuencia programas participativos de Radio Nacional de Venezuela, me entero cómo de muchas ciudades del país la gente llama, casi a diario para denunciar que en sus comunidades la luz está encendida en pleno día y qué casualidad en ciudades en manos de la derecha..
Lo extraño es que a ésta situación irregular no se le ponga freno; cuando se llama a Corpoelec, la respuesta es que eso depende es de la Alcaldía, lo cual hasta cierto punto es verdad, pero en virtud del daño que se causa con el enorme derroche energético, la institución que debería proceder a ponerle reparo, es por obligación, Corpoelec y no otra pues la Alcaldía tal vez pague el servicio, pero no tiene los técnicos para proceder a apagar durante el día las luces de las calles y las avenidas, entonces no le queda otra cosa a quien llama que pensar que Corpoelec está en manos del enemigo, pues de otra manera es imposible que siga sucediendo lo que se denuncia.
Indepabis, no hace tampoco nada y debería hacerlo, pues la electricidad es un servicio, y ese organismo tiene la obligación de proteger a los consumidores de bienes y SERVICIOS como reza el titulo de la Ley.
Ya es desesperante la situación que no puede ser otra cosa, que un bien orquestado sabotaje en un área que es muy sensible para cualquier persona, a la que se le va la luz en su casa cuando más la necesita pero además se le dañan sus equipos. Uno se pregunta por obligación; ¿Si no se derrochara tanta energía por la vía que me ocupa en este artículo, sucederían tantos apagones como los que sufrimos los tachirenses?, seguramente no. Pero lo que más enfurece a quienes amamos esta revolución es que esa situación no se corrija, con las consecuencias políticas y electorales que ella puede acarrearle al proceso a la hora de la chiquitita, cuando se esté frente a la maquina de votación. Eso como que no lo tienen claro quienes pueden evitar que esto siga sucediendo, en cambio los saboteadores están clarísimos.
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