Esta frase que utiliza frecuentemente mi apreciada camarada Xiomara, lleva consigo una connotación que implica de alguna manera, recapacitar y que conectemos lo que hacemos con nuestra realidad circundante, descargando las distracciones que ocupan nuestro tiempo, para hacer de nuestro quehacer, algo mas provechoso y que este beneficio no solo redunde en lo personal sino en lo colectivo. Y creo, que nuestro proceso revolucionario y nosotros que vamos con él debemos hacer: cable a tierra.
Estamos viendo que algunos “connotados” políticos y voceros “nuestros”, están mas enredados que perro en patio de bolas criollas, además de distraídos y babiecos, cayendo en el juego que está montando la oposición que pretenden exacerbar los ánimos nacionales, para confundir y amedrentar la psiquis y la opinión pública del soberano. Solo están pendientes de su conuco o su hacienda local o regional partidista, amparados por la “elección democrática” de la cooptación, creando o fortaleciendo grupos de poder, en vez de un poderoso partido y que en nuestro caluroso estado Zulia le ha dado réditos, pero a la oposición. Además, en los entes gubernamentales los servidores públicos (¿?) que deberían trabajar no como simples asalariados jornaleros, sino como verdaderos revolucionarios, en muchos casos no cumplen ni con el compromiso asignado, mucho menos con el extra que deben dar como sacrificio al proceso y al pueblo. Y lo peor del caso, que después de 12 años muchas responsabilidades de dirección, gerencia, ejecutivas o decisivas en los organismos del Gobierno Revolucionario, siguen en manos de los viejos escuálidos “necesarios” o de los nuevos, respaldados por su amistad con los “camaradas”:
Si compañeras, compañeros, este es el panorama y lo peor es que nos cuesta reconocerlo porque si bien es cierto que debemos estar pendientes de la canalla opositora (que ya sabemos como actúa), es a lo interno que se está gestando de manera voluntaria o con el actuar ineficiente e inoperante una situación peligrosa de cara a la reelección del camarada Chávez. Como lo manifestó el estadístico y encuestador Jesse Chacón, al advertir que “…una deficiente ejecución puede generar un sentimiento de frustración que revierta la tendencia hasta hoy lograda”. Lo dice él que tiene acceso a información de primera mano y lo sentimos nosotros los socialistas de a pie y lo están obviando los cooptogados y cooptogadas (y que me perdonen la validez etimológica de estos términos, pero no la evocación) entretenidos con su novel rol de líderes políticos “representativos”.
No debe ser la canalla mediática la que sirva de vocería al pueblo y se pregunte y responda maliciosamente lo que pasa con los apagones en CORPOELEC, los abuso en el CICPC y en otros entes de seguridad, por las obras de infraestructura, drenaje, vialidad, vivienda y de producción agroalimentaria en el Sur del Lago después de las inundaciones, el porqué INDEPABIS no sabe nada de la escasez del aceite y otros alimentos de la cesta básica y que “aparecen” solo con precios exorbitantes. Todo esto es nuestro problema como gobierno, no debe ser insumo para que la apátrida oposición no solo nos ataque con nuestras debilidades, sino que las “junte” todas y mantenga este paquete en la vida diaria del confundido pueblo venezolano, porque esto es lo que ellos están creando, una confusión de aparente desgobierno y nosotros le damos una “ayudita”.
Esta situación nos debe servir de una depuración en lo mental, en la disposición y porque no, en purgar nuestros entes gubernamentales y direcciones políticas de aquellas individualidades que actúan como, individualidades. No esperemos que nos saboteen de nuevo PDVSA, la CANTV, la Gran Misión Vivienda Venezuela, la Misión Trabajo y la agroproducción. Tenemos que repotenciar Barrio Adentro, MERCAL, las misiones educativas, las misiones sociales no solo con recursos, sino con ese contingente egresado de la Misión Sucre y formado en revolución y que está desempleado (¿es que acaso no creemos en ellos?) Tenemos que decirles a los venezolanos y venezolanas por todos los medios (literalmente) no solo que vendemos petróleo, teléfonos, internet, plásticos, gas entre otras cosas, sino que hemos hecho con nuestro satélite y las antenas satelitales, las soluciones en infraestructuras, de hábitat, viales, hospitalarias. Cuanto alimento y medicamentos gratuitos y subsidiados se han entregados y cuantas familias se han favorecido por derecho propio y las “Canaimitas” que han sido distribuidas y que alcance tiene esta misión. Todo esto no se debe hacer para cumplir metas de indicadores productivos, sino como logro social. Porque aunque parezca mentiras, el pueblo se está acostumbrando a que el Gobierno Bolivariano distribuya la riqueza nacional en todos los estamentos sociales, pero aun no se apodera de estos logros y en muchos casos no los defiende o los desconocen, producto de nuestro deficientes mecanismos mediáticos y que el personal que labora en los entes gubernamentales actúa como “empleados” y no como verdaderos servidores públicos, que deben llevar el mensaje de nuestro renovado socialismo a las comunidades y que este mensaje permita fijar, que con la revolución, cada venezolano vive mejor.
Y antes de finalizar, coño, ya dejen de llamar a los camaradas preocupados por esta situación, indisciplinados, pesimistas, contrarrevolucionarios y quintacolumnas, porque esa vaina quienes la tiran arteramente, por lo general encuadran bien dentro de esos calificativos. Me despido, compartiendo con ustedes dos estrofas de la canción del narizón rockero y cineasta argentino, Fito Páez del tema musical “Cable a tierra” que tiene que ver con mi discernir y mi sentir eventual.
Si
estás entre volver y no volver
si ya metiste demasiado en tu nariz
si estás como cegado de poder
tira tu cable a tierra.
Y
si tu corazón ya no da más
si ya no existe conexión con los demás
si estás igual que un barco en altamar
tira tu cable a tierra.
Es todo por hoy.
Sin Chávez no hay revolución, porque Chávez es la revolución.
(*)Ing°