Una de las fortalezas de la revolución bolivariana consiste en que logra aprovechar circunstancias que pareciendo adversas para su avance, las convierte en poderosa fuerza de movilización, transformación ey de fortalecimiento del vital apoyo popular, incluido el que se expresa en las urnas electorales.
No otra cosa parece suceder con las dos misiones puestas en práctica en el primer semestre de 2011. La gran Misión Agro Venezuela, pero especialmente la Gran Misión Vivienda Venezuela, una de cuyas ideas ha sido dotar de vivienda a centenares de miles de familias en todo el país que habitan en zonas de alto riesgo dada la inestabilidad de los terrenos frente a las lluvias, muchas de estas trasladadas provisionalmente a los llamados refugios dignos, que incluso llevó al gobierno nacional a dictar una ley en el marco de la Ley Habilitante para garantizar esa dignificación.
En el caso de la GMVV, tal fue el impacto de su lanzamiento y la fuerza movilizadora que ha generado en la población, que ni siquiera pudo la oposición MUD-dista descalificar la ambiciosa meta que se ha fijado el gobierno bolivariano de construir 200 mil viviendas por año hasta el 2020.
La contundencia del golpe recibido por la oposición, se recogía en las calles y en las esquinas al día siguiente de su lanzamiento, el cual fue postergado por el presidente Chávez hasta que estuvo seguro de poder cumplir el tremendo compromiso que adquiría con el pueblo, de quien en definitiva depende que continúe en Miraflores más allá del 2012.
Y he aquí que, al parecer de estos últimos acontecimientos, que la CIA y el Mossad israelí han debido aplicarse a fondo para revertir hasta donde les sea posible la derrota electoral anticipada de la oposición derechista venezolana.
Posiblemente, ya estarán convencidos en estos laboratorios de desestabilización imperialista, de que con tan acertada jugada del liderazgo bolivariano, o utilizando el argot militar: ataque sorpresa, lo único que pueden hacer es intentar restarle base de apoyo electoral a la revolución bolivariana.
Y reconozcámoslo sin caer en la mitificación, la CIA sabe desarrollar campañas encubiertas de guerra psicológica que logran impactar e incluso disparar los estado de animo que conviene a sus intereses, tales como los estados de frustración; los prejuicios, tales como el individualismo, el extremismo o infantilismo de izquierda en cierto sectores y capas sociales, de los cuales anticipadamente conocen vía estudios de campo su psicología y actitudes.
Es en el marco de esta perspectiva que uno se atreve a aproximarse a ciertos hechos que por estos días han copado la atención de la opinión publica nacional.
Tal es el caso de la reciente entrega del gobierno venezolano de los dos ciudadanos colombianos requeridos judicialmente por el gobierno de su país que, independientemente de lo legal o ilegal de tal requerimiento, se ha dado en el marco de compromisos suscritos previamente entre dos Estados a favor de la paz en la región. Por lo menos ha quedado demostrado que del lado venezolano es un compromiso sincero.
La reacción de sectores internos identificados con la revolución bolivariana en contra de esta decisión gubernamental, pudiera restarle apoyo al presidente Chávez y sería tonto negarlo: seguramente le costará algunos votos. Aunque si se quiere ver así, también tendría una arista positiva, y es que quedan identificadas las malas compañías que el proceso debe dejar en el camino.
Y si se trata de la situación eléctrica en el país, puesta de actualidad nuevamente por la recurrencia de apagones en diferentes regiones del país, siendo la mas grave la ocurrida en la ciudad de Maracaibo recientemente, no puede dejar de analizarse en este mismo marco aquí expuesto.
Que el último apagón haya ocurrido precisamente en una ciudad donde el aire acondicionado es casi una primera necesidad para los sectores sociales que pueden procurárselo, no parece gratuito.
La CIA sabe que el individualismo es un prejuicio tan mineralizado en la psiquis de la sociedad venezolana, que apuesta no sólo a que se endurezca el voto en contra del presidente Chávez, sino que además logra incluso restarle votos de sectores que inclinados en principio a votar a su favor, pueden ser llevados, no a votar en contra, pero si abstenerse, al poner en la balanza cuánto hizo el gobierno nacional por garantizarle el encendido de su aire acondicionado.
En fin, ante lo que semeja mas una estrategia del "goteo" para nuestro país, y analizando la difícil gobernabilidad que le corresponderá ejercer a Ollanta Humala, dada la alta polarización, 52-49 que logró la derecha peruana con su campaña de satanización en su contra, lo que lo obligará a hacer concesiones, más aún si como es un hecho, tampoco cuenta con la mayoría parlamentaria, pareciera que la estrategia que la CIA le ha ordenado seguir a la MUD es la de lograr un cuadro parecido en Venezuela. Esta sería, qué duda cabe, una peligrosa derrota para el avance de la revolución bolivariana.
Carlos Machado Villanueva