(Metamorfosis de la Revolución Burguesa)

Conozcamos Mejor la Gesta Bolivariana

La trascendente importancia socioeconómica y política que para Venezuela tuvo la Guerra de Independencia de comienzos del Siglo XIX es indiscutiblemente admirable. Sus arrojados héroes y participantes, principalmente los mantuanos y los hombres que a la sazón ya eran libres en este territorio: pardos, comerciantes, artesanos y otros, tienen muy merecidas todas las conmemoraciones que se les haga todos los años.

Sin embargo, la manera de seguir evaluando y reconociendo esa epopéyica gesta independentista debemos actualizarla con la enseñanza de una Historia apoyada con los auxilios de los modernos métodos sociológicos ofrecidos por la Filosofía de la Segunda mitad del Siglo XIX, única manera de revisar la visión revolucionaria de los pensadores socialistas que inspiraron la Revolución Francesa, así como la de sus posteriores seguidores en el resto del mundo.

Esa Revolución, como sabemos, buscó romper con las pesadas ataduras y entorpecimientos económicos derivados de una feudalidad retrógrada cargada de vicios burocráticos y económicos. Pero, luego del triunfo burgués, se sigue desconociendo, ocultando y hasta negando que para los trabajadores de las sociedades clasistas de poco vale una revolución dirigida y emprendida por una clase que termine reemplazando a los explotadores salientes. Ese fue el caso de los burgueses victoriosos allá, en Francia, y aquí en América.

La Historia de Venezuela debemos ajustarla a la metodología moderna para reeditarla y perfeccionarla con los aportes del Materialismo Histórico y de la Dialéctica Materialista, aportes científicos que hoy por hoy son acogidos sólo por una parte de nuestra sociedad ya que, como era de esperarse, la clase burguesa que reemplazó a los oligarcas o realistas y mantuanos y comerciantes de aquellos tiempos feudaloides y aristocráticos lleva siglos mundiales a través de los cuales se metamorfoseó, al punto de que desde ese mismo siglo XIX y hasta más atrás asomó su incapacidad para resolver los problemas de la paz social, y que, lejos de aminorar la explotación feudal y esclavista de aquellos campesinos y artesanos, aplicada por los realistas americanos, terminaría recrudeciendo la explotación del trabajador asalariado.

El Materialismo Histórico sostiene que las guerras son consecuencia de desajustes en la base económica de la sociedad clasista, desajustes causados por la lucha entre la clase dominante del modo de producción obsoleto, y la clase que ha ido cuajándose en el nuevo modo, una clase más ajustada al desarrollo de las fuerzas productivas que el modo cuestionado haya permitido, salvedad hecha de la revolución socialista contra el modo burgués, ya que en este caso no sólo debe cesar el dominio burgués, sino también las clases sociales.

Esta nueva visión revolucionaria tiene su fundamento en la concepción dialecticomaterialista, según la cual, primero debe resolverse el problema económico y luego el político, pero, aun así, se puede dar dos tipos de revolución, el correspondiente al reemplazo de explotadores, y el referido a la eliminación de las clases sociales. En el caso de la gesta independentista venezolana, se dio el primer tipo. No obstante, la iniciativa revolucionaria es siempre política ya que sus líderes representan la evolución intelectual alcanzada económicamente por las fuerzas productivas, por la base económica.

De manera que los logros alcanzados por los independentistas del siglo XIX ya perdieron vigencia, y a aquellos héroes no puede seguírseles atribuyéndose los logros del presente, ya que la clase burguesa instaurada desde esos mismos tiempos de independencia de la Corona Española, hoy es una clase tanto o más retrógrada que la de aquellos realistas que dominaban la producción y el Estado de entonces.

A nuestros héroes independentistas debe seguírseles respetando y honrando, pero sólo en esos días de sus efemérides, y no convertirlos en los guías de una nuevo proceso revolucionario radicalmente apartado de aquellos tiempos y realidades. Hoy la lucha en contra esos mismos burgueses de ayer y de hoy, y contra sus más aferrados defensores, los mismos que han llegado a considerar que la independencia fue el fruto de un solo personaje.

Es aberrante seguir con una Historia que sigue considerando, escribiendo y señalando que los venezolanos de hoy debemos nuestra independencia del régimen realista a Simón Bolívar, no sólo porque la revolución que la burguesía que él representaba se ha metamorfoseado, sino porque con semejante culto a la personalidad se está negando los aportes de tantos otros venezolanos no menos meritorios que la evolución histórica ha ido produciendo.

Está claro que todos los procesos sociales responden a la coparticipación de los trabajadores, de todas las personas enfrentadas al Estado, contra poder gobernante en lo político y en lo económico, ya que la verdadera labor de un revolucionario es asumir el coprotagonismo y correvolución en estas constantes luchas entre las clases sociales actuales.


marmac@cantv.net


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Manuel C. Martínez M.


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