El presidente Hugo Chávez lleva más de dos semanas de convalecencia en la Habana luego de ser intervenido quirúrgicamente por un absceso pélvico que, incluso, según médicos consultados, requiere de al menos unos 15 días de reposo. No obstante, la Venezuela que dejó el 2 de mayo compelido como estaba por los compromisos en su agenda internacional, que esta vez incluía el periplo Brasil-Ecuador-La Habana, continúa su continuidad democrática sin aspavientos.
El comentario hilarante en las esquinas de Venezuela es que la derecha, al no poder deslegitimar la ausencia presidencial, dado su blindaje constitucional, no le ha quedado más remedio que ponerse a chillar mediáticamente para que el presidente “regrese ya”, sin reparar, y dejando una vez más en evidencia su torpeza política, que van en contravía de lo que en estos 12 años ha sido su principal consigna. .
Cautas al parecer, la derecha “institucionalista” y la golpista, no se atreven a desatar una campaña de ataque contra la que, sin embargo, no cesan en su empeño de posicionar mediáticamente como una ausencia ilegítima del presidente, que requiere, habrase mayor delirio, declarar ya como de ausencia absoluta.
Mientras, el presidente Chávez no deja de cumplir sus deberes con la gobernabilidad democrática de nuestro país y llega hasta el extremo de firmar puntos de cuentas en la Habana, aprobando recursos para inversión social en diferentes sectores de la gestión gubernamental.
Y lo de extremo viene al caso porque así como cuando los días del golpe de abril de 2002 esas derechas -que como ha quedado demostrado en la historia se mimetizan en sus fines desestabilizadores y en su actitud lacayuna frente al imperio norteamericano- no pudieron sostener públicamente y con seriedad que la estampada en la carta renuncia por ellos falsificada, era la escritura de Chávez, oficio ese de grafólogos, hoy no se han atrevido ni siquiera a pedir una prueba grafológica de la autenticidad de la firma estampada en estos puntos de cuenta.
Qué duda cabe de que esa derecha se babea y delira para que esa posibilidad tenga aunque sea un resquicio de verdad y así atreverse a dar el salto al vacío. Pero de lo que sí parece estar convencida, es que en este contexto de gobernabilidad tan sorpresivo existente en Venezuela actualmente, pareciera ser una tentación del diablo que le puedes costar muy caro para sus planes restauradores del puntofijismo. Esa picadura del pueblo-culebra del 13 de abril, tiene a derecha venezolana viendo bejuco por todos lados.
*Integrante de la coordinación nacional del Movimiento Social de medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC)