La muerte del más grande hombre de América

Después que Bolívar rechaza el Supremo Poder que le ofrecen en el Perú, se traslada a lo que llamaban el Alto Perú y libera esta región el 16 de mayo de 1.825, y como un permanente enfrentamiento entre el Bajo Perú y Alto Perú a los pocos meses, para evitar se siga enfrentando ambas regiones, el territorio del Alto Perú se constituye en la República de Bolivia el 6 de agosto del mismo año. Bolívar procede a su organización política, redacta su Constitución, establece escuelas, dicta numerosas leyes y trata de darle la fisonomía de Nación moderna. Pero sus obligaciones militares en el Perú le obligan entregar el mando presidencial a su amigo y colaborador, el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, quien así ejerce la presidencia de Bolivia. De regreso a Lima, Bolívar fue nombrado Presidente Vitalicio en 1826. Sin embargo, días más tarde partió para combatir la insurrección de Venezuela “LA COSIATA”. Las intrigas y las desavenencias entre Páez y Santander producen graves perturbaciones. Páez quería iniciar la revuelta y declarar unilateralmente la separación con la Nueva Granada pero fue contenido por Bolívar quien entra triunfalmente en Caracas en 1827. Bolívar después de permanecer en Venezuela por algunos meses regresa a Bogotá en 1828 y convoca la Convención de Ocaña para abril del año siguiente. La sublevación en Venezuela y en la Nueva Granada sigue avanzando en las sombras, pero ya es notoria entre la alta oficialidad. El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, un grupo de conspiradores atentan contra la vida del Libertador, quien se salva de la muerte gracias al coraje de Manuelita Sáenz.

En 1829, las intrigas empujan al Perú contra la Nueva Granada, pero el Mariscal Sucre controla la situación en la batalla de Tarqui. Tantas vicitudes políticas y su vida tan agitada hace que la salud del Libertador se recienta y cada día desmejora más y más. El 27 de abril de 1830 renuncia al mando y se retira al campo en busca de recuperar su salud y viaja a Cartagena con la intención de abandonar el país y marcharse para Europa. En esa ciudad de la costa colombiana, recibe la infausta noticia del asesinato del Mariscal Sucre, en la montaña de Berruecos, Colombia, el viernes 4 de junio de 1830. El 10 de diciembre se agrava la salud del Libertador, pero tiene fuerzas para dirigirse a sus pueblos amados, a los pueblos liberados por su espada; y les pide unión. La salud del Libertador sigue agravándose y a la una de la tarde del día viernes 17 de diciembre de 1.830 el mal que le aquejaba acaba con su vida en la Quinta San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, hoy Colombia, donde era atendido por el médico francés Próspero Reverend y por sus devotos amigos. Los restos del Padre Libertador Simón Bolívar, recién fueron repatriados en 1842, y trasladados al Panteón Nacional el 28 de octubre de 1877, durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco.

Última proclama de nuestro Libertador Simón Bolívar

A los pueblos de Colombia

Colombianos:

Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiábais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.

Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales.

¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.

Hacienda de San Pedro, en Santa Marta, a 10 de diciembre de 1830.

Simón Bolívar

joseameliach@hotmail.com


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José M. Ameliach N.


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