He criticado férreamente
y de manera permanentemente a los adulantes del Presidente, así
que sería impropio de mi algo parecido, pero debo reconocer el coraje
y la valentía de alguien que aquejado como lo está, se haya dirigido
al país en los término que lo hizo. Mi respeto y consideración.
Pero estoy convencido
que pudo evitarse la magnitud de la ola de rumores desatada con una
más atinada estrategia comunicacional, previa a la alocución presidencial.
Quedará para próximos análisis lo que se hizo bien y lo que se hizo
mal, pero deben reconocerse errores que hacen que seudoperiodistas y
“rumoreadores” de oficio por decir medias verdades y medias mentiras
ahora son paladines del periodismo y de la verdad, esto, por el bien
del proceso revolucionario no puede volver a pasar.
Sin embargo, ahora creo
muy útil, con base en la información fidedigna, hacer un ejercicio
de creación de escenarios que a corto, mediano y largo plazo, tienen
en común dos elementos: los escenarios siguen girando en torno al Presidente
Chávez y se miden en tiempos electorales.
En este sentido me permitiré
generar algunos escenarios en el seno del proceso revolucionario y de
la oposición, que pretendo desarrollar con base en el análisis concreto
de la realidad más que mis deseos, y al final describiré los que creo
más factible y porqué.
Dentro del proceso revolucionario:
Escenario a Corto Plazo,
se genera una recuperación total de salud del Presidente Chávez, que
da tiempo para consolidar la reunificación de las fuerzas revolucionarias
dispersas y últimamente confrontadas con temas como el burocratismo,
la corrupción, el caso Pérez Becerra, etc. lo que permitirá reimpulsar
las fuerzas electorales hacia una victoria al 2012 con Chávez como
candidato indiscutible. Este escenario podría generar el riesgo de
que no se permita entender la magnitud de la dependencia en torno al
líder, y se vuelva a cometer el error de no garantizar el relevo a
mediano o largo plazo de una dirección colectiva, que garantice la
continuidad del proceso revolucionario y socialista, pero se obtendría
la victoria en el 2012.
Escenario a Mediano Plazo,
donde la recuperación del Presidente es más lenta e incluso dificultosa,
lo que pondría en riesgo la posibilidad de que fuese el candidato para
el 2012 o lo fuese a riesgo de su recuperación. En este escenario sería
inevitable pensar en la necesidad de un “bateador emergente” en
el seno del proceso revolucionario, cuya única legitimidad, como consecuencia
del poco tiempo para la formación de una generación de relevo, estaría
basada en ser propuesto por Chávez y legitimado por las fuerzas revolucionarias
para que pueda continuar la gesta unionista de Chávez en la izquierda
venezolana.
Escenario a Largo Plazo,
el más fatalista, donde la recuperación del Presidente no se da,
lo que generaría la elección de un candidato en el seno del proceso
sin la orientación del Presidente Chávez. Este escenario dificultaría
la victoria en el 2012 (aunque mediría la madurez del partido), dependiendo
proporcionalmente de la actitud que tome la oposición en el mismo escenario
y que veremos más adelante.
Dentro de la Oposición:
Escenario a corto plazo,
el Presidente se recupera pronto, pero la oposición dispersa sus esfuerzos
por no tener capacidad para atacar a Chávez y se centran en atacar
al gobierno. Esto produce un desenfoque de la oposición que lo conduce
al fracaso electoral, aún a pesar de la unidad.
Escenario a mediano y
largo plazo, donde se plantean dificultades para que el Presidente Chávez
participe en las elecciones. Esto desataría el despertar de los demonios
de la oposición, quienes verían la posibilidad de ir divididos a las
elecciones sin pasar por las primarias, producto de las desmedidas apetencias
personalistas de los precandidatos, dando amplías posibilidades a un
candidato legitimado por Chávez. En el caso de poder mantener la unidad
oposicionista en estas circunstancias (cosa incluso ilógica ya que
no tendrían motivos políticos para mantenerse unidos) la posibilidad
de éxito de la oposición podría incrementarse.
En el marco de estos
escenarios que no pretenden ser los únicos, y como consecuencia de
las declaraciones del mismo Presidente sobre su franca mejoría, parecieran
cobrar mucha fuerza los escenarios a corto plazo, pero creo importante
mantener la idea superior de abrir un debate sincero y descarnado sobre
si pretendemos o no realmente que el proyecto político venezolano rumbo
al socialismo tenga vigencia en el tiempo, por lo que una dirección
colectiva podría dar mayor garantía de la continuidad de un proyecto
de país. Esto debería ser punto de agenda urgente planteado por el
mismo Presidente Chávez en el PSUV.
Chávez ya es un icono
político y social de nuestra historia y de la historia mundial, pero
el compromiso de quienes compartimos con él el proyecto de país no
pasa sólo por la lealtad en la lucha, sino por la preservación también
de su salud, como la de todos los venezolanos. Por ello y por creer
en la lucha contra el imperialismo y por la sustitución del modelo
capitalista, creo importante confiar que en nuestro país y dentro del
proceso revolucionario existe gente capaz de compartir la dirección
política real de la revolución socialista, así como Fidel lo ha hecho
sin poner en riesgo la revolución cubana.
Sin embargo, para seguir avanzando, aún quedan temas pendientes que no deben dejarse de lado. La necesidad de la transformación del Estado Liberal Burgués, la lucha contra la corrupción, una mayor redistribución de la riqueza, la profundización del Estado Comunal, el incremento de la eficiencia y la eficacia revolucionaria, la unidad en la diversidad y abrir un espacio real a la crítica propositiva y comprometida. Esta discusión necesaria, sumada a una dirección colectivizada del proceso revolucionario, con la orientación del Presidente Chávez, permitirá la concreción del socialismo venezolano en el tiempo.
@NicmerEvans