1.- Durante los últimos años he estado insistiendo en todas la instancias a mi alcance que es absolutamente imposible que cualquier campaña de ahorro de energía eléctrica pueda tener éxito en Venezuela, mientras siga impune el consumo clandestino de electricidad de grandes usuarios residenciales y comerciales, simplemente porque a dichos usuarios no les afecta ninguna medida de este estilo, ya que su consumo seguirá aumentando sin ningún control mientras no sean detectados.
Un promedio cercano al 40% promedio de la energía eléctrica entregada a nivel nacional es robada, hurtada o sustraída de manera fraudulenta por estos grandes usuarios (Pérdidas No Técnicas) aun cuando lo que se reconoce oficialmente es apenas el 28%, por lo que cualquier acción a tomar debe ser dirigida a estos últimos y no a los usuarios de los barrios históricamente marginados, porque estas sustracciones clandestinas en las zonas mas populosas llegan apenas alrededor del 2%. Para verificar la magnitud de las Pérdidas Totales de energía eléctrica solo hace falta que CORPOELEC determine a nivel nacional la relación entre la Energía Facturada Vs la Energía Entregada a los Usuarios y verán que la misma está alrededor del 50%, incluyendo las Pérdidas Técnicas y el consumo de los servicios auxiliares (10%) más las Pérdidas No Técnicas (40%).
Lo insólito es que un hecho de esta naturaleza, que ya cumple mas de 30 años, continúe impune en la V República, con la complicidad de gerentes y supervisores medios de la corporación, quienes "patrocinan" a "empresas especialistas" en arreglar medidores o conectar cargas directamente a la red con ganancias también insólitas. ¿Será por eso que estos supervisores les disguste ser trasladados de sus respectivas zonas a pesar de propuestas de ascenso?
2.- Por la frontera entre Colombia y Venezuela transitan unos 14 mil vehículos diarios, de los cuales, 70% se dedican al contrabando de gasolina. Otra forma de contrabando es la venta de gasolina en pimpinas por carretera y caminos verdes de la frontera con Colombia. La pimpina (entre 20 y 24 litros) se ofrece en 30 mil pesos, es decir, BsF 100, en cambio, el litro de gasolina de 91 octanos que venden las bombas pertenecientes al Servicio de Abastecimiento Fronterizo de Combustible, Safec, surtidas por el Menpet, está en BsF 1.
Aparte de todo, el combustible barato no se refleja en beneficios sociales para los colombiano pues los empresarios del
transporte de ese país nunca trasladaron una tarifa económica y por el contrario se
dedicaron a llenar los bolsillos con gasolina de muy bajo precio.
Actualmente el galón de combustible en Colombia tiene un precio de Bs.F
25 pero el trasladado con subsidio desde Venezuela y vendido en la
frontera colombiana roza los Bs.F11,60, es decir, el valor es
sensiblemente menor.
¿Quién le pone el cascabel al gato?
Recemos por la salud del Comandante Presidente Chávez.
Patria Socialista o la Muerte del planeta. ¡Venceremos y Viviremos!
marcanoomarj@gmail.com
(*) Trabajdor jubilado del mppcti