La visión de la medicina en
el desarrollo de la historia, se puede ilustrar, precisamente, con la
visión de lo que hemos conocidos todas y todos bajo el terrorismo de
la palabra cáncer. “El cáncer es una enfermedad mortal” se nos
enseñó a los más viejos. Tener cáncer era tener una sentencia a
muerte en algún lugar de nuestro organismo, los médicos te desahuciaban
al decirte el diagnóstico, quien sufriese esta enfermedad podría tan
solo dedicarse a disfrutar como pudiera y con lo que tuviera, los meses
anteriores a su muerte. Un día cambió la visión, se humanizó: “el
cáncer es curable si se diagnostica a tiempo, un hálito de esperanza
dio la medicina preventiva. Hoy son pocos los casos de cáncer que llegan
a ser terminales. En el caso de Chávez, se avanza con los corazones
de toda una patria que dice: viviremos y venceremos.
Es realmente emocionante vivir
la eufórica reacción de toda Venezuela ante la adversidad, asi como
la valiente, temeraria, gigante y hermosa posición con que nuestro
presidente comandante asume su misma situación. Lo más cierto de todo
esto no lo publican los medios del imperio: la situación de salud de
nuestro comandante ha desatado una fuerza incontenible de conciencia,
de participación, de pertenencia por parte de la Venezuela revolucionaria.
Más allá del temor a un final infeliz, el pueblo asume que su fuerza
unitiva, amorosa y combativa, logrará vencer cualquier riesgo de fracaso.
El amor expresado en todas sus formas es la mejor medicina que cura
milagrosamente a Chávez y la fuerza con que el pueblo asume la defensa
ante la adversidad de su proceso hacia la nueva sociedad y su protagónica
misión de vanguardia en el planeta están dando una lección que es
digna de escribirse.
Esta revolución se miró
ante el espejo de la muerte. Vio un reflejo que la hizo reaccionar y
despertar, desde ese día Venezuela cada vez está más erguida
y frontalmente decidida a no descansar y seguir venciendo. El cambio
hasta en las consignas, ya no de patria socialista o muerte, sino viviremos
y venceremos, muestra la madurez dialéctica por la que transitamos.
El pueblo venezolano vivió
anoche, la unión de todas sus voluntades al ver a nuestra selección
vinotinto soportar los embates clásicos de los poderes burgueses ante
su arribo a punta de esfuerzo que la colocó en la competencia de cuartos
de final por la copa América. De nuevo priva que la decisión de un
juez es una decisión irrevocable, lo que nos quitó una victoria que
todo el mundo vio y reconoce, pero además, la patanería de l poder
burgués que domina y trafica con el deporte, que hizo todas las suciedades
posibles que nos quitaron la victoria, pero que ante el mundo, que vivió
este espectáculo denigrante, también vio la dignidad, la pulcritud,
la fuerza de amor con que nuestro equipo ganó en su derrota. Eso es
revolución.
Esta revolución se mira ante
el espejo del pasado y hoy asume en manos de nuestra ministra de salud
Eugenia Sader, hoy mas radiante y combativa que nunca, una respuesta
bien importante a las mafias de la medicina rentista. Se dignifican
los salarios del gremio médico pero con la gran visión de separar
el ejercicio de la medicina, favoreciendo con mejores beneficios a los
patriotas que ejerzan a tiempo completo en la salud pública.
Esta revolución se mira en
el espejo del silencio y mientras nuestro comandante se recupera en
las manos de nuestros camaradas cubanos, a diario se avanza de forma
abismal en el camino de la consolidación de la patria socialista, duélale
a quien le duela.
Esta revolución se ve en el
espejo y se ve a si misma grande y poderosa, digna y capaz, unida, fuertemente
unida en el sueño bolivariano que nuestro comandante presidente regó
por toda la patria, el tricolor que retumba en nuestros corazones haciendo
inmortal la decisión de triunfo. Venezuela cada día se engrandece,
las fuerzas del pasado fenecen en su agonía estéril, el canto de un
pueblo que grita palante, comandante, palante, escribe el reflejo de
la nueva imagen de un país que nunca voverá atrás, que dará
el salto sobre el abismo y será de los primeros pueblos que marcarán
la victoria ante una sociedad que debe transformar el sistema
perverso de la explotación de los ricos sobre los pobres, por la sociedad
de iguales.
La sangre vertida en los años de las dictaduras que entregaron la patria a Estados Unidos, el espíritu de los desaparecidos en la cuarta república, el dolor de los torturados, de las viudas, de los huérfanos de nuestra lucha armada, la Venezuela de furia y de victoria, ya no se detendrá más, volverás comandante y venceremos, viviremos.
brachoraul@gmail.com