LA NUEVA LEY DE COSTOS Y PRECIOS JUSTOS
El pueblo venezolano, ese que va al mercado, que se esfuerza y que casi milagrosamente, logra que suS ingresos le rindan el máximo para intentar cubrir sus necesidades básicas, ese pueblo, sobre todo el que depende de un salario mínimo o que tiene un trabajo independiente que apenas le produce y con mucho esfuerzo, medianamente, enfrentar los gastos del día a día, ese pueblo que cuando se enferma sabe que tiene que someterse a los avatares de la medicina gratuita que gracias a la revolución existe para los pobres aunque con sus fallas y dificultades, ese pueblo que no puede comer carne todos los días y que cuando lo puede hacer la come pero de tercera, ese que tiene que recurrir a las alitas, patas de pollo o los llamados carapachos (huesos sobrantes de las milanesas que se sacan de la pechugas), ese que afortunadamente tiene Mercal y Pedeval, eso si previo sometimiento a grandes colas, ese pueblo pareciera que al fin ve una luz al final del túnel con la pronta, se supone, implementación de la nueva “Ley de Costos y Precios” que por fin nos hace abrigar la esperanza de que se le ponga freno a los abusos de quienes manejan las roscas de la producción, distribución y comercialización de productos, sobre todo de primera necesidad como son los alimentos, el calzado, la ropa, los útiles escolares , los medicamentos, repuestos, entre otros.
Por experiencia propia y que alguien me desmienta, me consta que entre el costo de producción y el precio final al consumidor hay una diferencia abismal y nos conseguimos que un producto cuyo costo para producirlo es por ejemplo de cinco (05) Bolívares fuertes, llega al consumidor final hasta en 50 Bs.f. o hasta más. Quienes producen cualquier bien, en una voracidad incontrolada, quieren enriquecerse en el menor tiempo posible, al encarecimiento escandaloso de los precios contribuye la cadena que incluye intermediarios muchas veces innecesarios que pretenden asegurarse un porcentaje de ganancia, a veces superior al del productor o fabricante, existen cárteles de diferentes rubros que se ponen de acuerdo para elevar los precios de manera indiscriminada y para ello utilizan mecanismos perversos como el acaparamiento, para provocar desabastecimiento y obligar así al alza.
La nueva Ley al ser atacada de manera feroz por las cúpulas empresariales cuyos miembros son boyantes adinerados, en su mayoría con enormes fortunas, a costa precisamente de acciones especulativas, nos hace pensar que va a traer soluciones a la difícil situación de la mayoría de las familias venezolanas porque de otra manera no fuese tan rechazada por quienes ven peligrar la vida de las mafias, que durante muchísimos años, han hecho lo que les viene en gana, con resultados funestos para el pueblo y para la economía, colocando prácticamente una palanca artificial para que la inflación se mantenga con altos índices y así, como encima de estafadores, explotadores, acaparadores y desabastecedores son además políticos, generar el mayor descontento de la población contra el gobierno..
Por ello la novísima Ley, tiene que recibir el respaldo decidido de las grandes mayorías, tiene que hacerse cumplir de manera incuestionable y con todo el rigor que ella establece; la nueva instancia que en ella se crea que es la Superintendencia de Costos y Precios tiene que comenzar con buen pie y para ello debe ser dotada de recursos humanos suficientes, porque por ejemplo aquí en el Táchira el actual INDEPABIS que va a ser sustituido por la nueva Institución (SCP), apenas cuenta con siete funcionarios a quienes les es imposible poder cubrir con resultados suficientes toda la geografía regional..
Ojala y esta nueva Ley no se convierta en letra muerta y pueda con éxito superar toda la campaña negativa con la que está siendo atacada de manera despiadada por los eternos hambreadores del pueblo que ha de estar presto para defenderla y contribuir con sus denuncias a que su normativa se cumpla cabalmente.
yuviliz40@hotmail.com