Esta, es una verdad del tamaño de los improperios que a veces lanza Chávez contra la directiva del PCV, quienes por fin decidieron solicitarle a este gobierno alcahuete de la oposición, el estatus de asilado o de refugiado político, como procede en el caso de Julian Conrado. El, presidente y su Psuv, siempre han sido débiles y complacientes con esta oposición ruin y asesina. Oposición que sabe donde pisa y sobre todo que callos pisar. Por eso consiguen todo lo que se les antoje del presidente. Es por eso que le dieron la libertad condicional a un condenado a treinta años por crímenes de lesa humanidad como lo es Lázaro Forero.
Ellos, la oposición, aprovechando la enfermedad del presidente, le solicitaron a éste, que por motivos humanitarios liberaran al pobrecito angelito que se encuentra muy enfermito. Dicha, solicitud, le partió el corazón al buen samaritano de Chávez quien por orden celestial, de inmediato ordenó la liberación del querubín metropolitano. Pero, al cantor del pueblo colombiano: Julian Conrado, quien también se encuentra enfermo, ni de vaina. No señor, ese me lo dejan secuestrado como está, hasta que mi amigo Santos, me ordene que se lo entregue. No sea, que las balas que dispara su guitarra, vayan a matar a mi mejor amigo.
La libertad de Lázaro Forero, representa una afrenta para los familiares de los caídos en aquel fatídico Abril del 2002. Afrenta, para los miles y miles de venezolanos que arriesgaron sus vidas, para lograr que Chávez regresara a Miraflores. Afrenta, para los cientos de revolucionarios que están presos por ordenes de magistrados que si saben a quien pisar. Afrenta, para los familiares de los dirigentes campesinos asesinados por orden de los terratenientes que aún siguen siendo dueños de las mejores tierras para sembrar. Afrenta, para los que votamos por usted señor presidente.
La libertad condicional, de este siniestro personaje (quien por cierto ya violó una de las condiciones impuestas, al dar declaraciones en Globoterror) es una muestra más de la fragilidad de un gobierno que parece ser manejado por dentro y de afuera por la oposición. Un gobierno errático, que no da pie con bola y que marcha a la deriva de acuerdo a los vientos que soplen desde el canal de la florida y sus secuaces. Todo esto aunado a un Chávez convertido en un beato y que ha transformado a Miraflores en un monasterio para ver si logra ver a Dios y éste le diga como hace para encontrar el camino al socialismo que perdió hace bastante tiempo.
Por eso es que nos encontramos en esta situación en la que Chávez manda, pero no obedeciéndole al pueblo como lo dice él, si no obedeciéndole a la oposición. Por eso él hace constantes llamados a los empresarios para que trabajen con él para que lo ayuden a mantener el capitalismo que es lo que les gusta a la clase media de la IV y a la boliburguesía de la V.
Este, es el Chávez que nos gobierna hoy en día. Un hombre que ha traicionado casi todo lo que nos prometió. Un hombre que en doce años de escaramuzas con el imperio y la derecha nacional, logró cuadrarse con ambos y que el pueblo lo hiciera su santo preferido. Un hombre que cambió el traje de monaguillo de Sabaneta, por la sotana de monseñor de Miraflores. Un hombre permisivo con los enemigos de la patria y del pueblo, pero que su corazón de hombre santo, no lo ve así. No, para él como buen hijo de Jehová que es, todos somos hermanos. Los enemigos de nosotros son personas como Julian Conrado cuyo único pecado, es haberle cantado al pueblo colombiano, como lo hizo Alí Primera con nosotros de los males de la patria. Y dedicar su vida a luchar contra la sanguinaria oligarquía de Colombia.
Para los que piensan como Chávez, estoy seguro que lo que todo esto le puede parecer una blasfemia, pero es la realidad. Yo digo, que se puede querer a una persona, lo que no se puede es idolatrarla. Y, eso es lo que ha tratado de hacer Chávez todo este tiempo: que lo idolatren para que no vean la cantidad de errores cometidos y mucho menos se den cuenta, de que él, por más que nos hable de poder popular (que no se ve por ninguna parte) el poder real, aún lo conserva la oligarquía.
El Chávez de antes no existe, el hombre se endiosó y cree que todo lo puede arreglar, cediendo, perdonando y orando. Por eso es que ahora, la derecha la ve con bueno ojos, mientras que a la izquierda la revira. Cuando tenga asegurada su reelección, poco a poco lo veremos, bailando pegao con empresarios como Lorenzo Mendoza. La guerra de micrófono y de pantalla que tiene con los gringos, serán cosas del pasado. Y, el petróleo que ellos tanto necesitan, será compartido en proporciones iguales con los rusos y los chinos, los tres grandes capitalistas del planeta.
Bien, lejos quedaron para Chávez: Marx, Lenin y Gramsci, ahora es puro Zaratrusta, rezar en familia y que le canten las mañanitas en los medios de comunicación del estado, en su cumpleaños. Mientras Julian Conrado, permanece secuestrado por un gobierno que cada día se parece más a los de la cuarta.
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