El Socialismo: ese sujeto raro

 

        “Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos aunque lo tuviesen, no acertaron a lograrle. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso. Pero lleva una ventaja el sabio, que es eterno, y si éste no es su siglo, otros lo serán”. 

      Bien vale la pena iniciar este breve escrito con estas palabras del escritor español, Baltasar Gracián, tomadas de su obra: Oráculo manual y Arte de Prudencia (1647). El mismo nos invita a reflexionar en torno de algunos temas heredados de la modernidad occidental los cuales, a pesar del grado de estigmatización a que han sido sometidos, aún sobreviven.

      Uno de ellos es el socialismo. Sus detractores, continúan en su empeño de hablar del socialismo como un sistema político único. Nosotros hablamos de un socialismo que nada tiene que ver con el Socialismo Burocrático del Siglo XX, ni con el Estatismo Autoritario, modelos que fueron cuestionados por diversas corrientes del pensamiento crítico, desde mucho antes del derrumbe del mundo soviético. Qué lejos están de la comprensión de lo que ocurre en el mundo del siglo XXI. No se han dado cuenta que vivimos “un cambio de época y una época de cambio”.

      Siguen creyendo, como bien lo dijo Octavio Paz, que “La civilización industrial realizaría al fin el proyecto de modernización iniciado en el siglo XVIII por los filósofos de la Ilustración: las culturas tradicionales, con sus usos y sus mitos, sus absurdas  supersticiones, sus danzas curiosas y su poesía anacrónica, desaparecerían de la faz de la tierra. La historia del siglo XX ha desmentido esas predicciones. No solo el proceso de modernización no ha abolido las culturas tradicionales sino que hoy, en todos lados del planeta, asistimos a una verdadera resurrección de particularismos que parecían enterrados para siempre. El siglo XIX heredó de la Enciclopedia la idea de un hombre universal, el mismo en todas las latitudes; nosotros, en el siglo XX, hemos descubierto al hombre plural, distinto en cada parte. La universalidad para nosotros no es el monologo de la razón sino el diálogo de los hombres y las culturas. Universalidad significa pluralidad (s/n)”.  

     Y, el socialismo en el cual pensamos para Venezuela es eso, un diálogo, un encuentro, entre los venezolanos y venezolanas con nuestras culturas. Las de ayer y las de hoy.

      Por eso, parafraseando a Gracián, el Socialismo del Siglo XXI venezolano, es un sujeto raro. Que tiene presente y recoge lo bueno de otras experiencias sociales; pero que tiene la sabiduría, de edificarse a partir de lo que somos y queremos ser.

      Y, aunque a los detractores del socialismo les cueste creerlo, éste es su tiempo. Basta con dar una mirada a lo que está ocurriendo en el mundo para darse cuenta de ello.

      La crisis que hoy viven los Estados Unidos y los países miembros de la Unión Europea nos dice que, sus razones no son coyunturales; que, el capitalismo vive una crisis sistémica. En este momento el capitalismo no tiene la oportunidad de inventar una nueva teoría, como la tuvo en los años treinta de la centuria pasada con el keynesianismo. Con la imposición del modelo neoliberal, con la totalización del mercado, agotó toda posibilidad de imaginar las directrices políticas que le permitan superar su crisis. 

      La demostración más fehaciente habremos de encontrarla en el hecho de que los dos pilares sobre los cuales se sostiene el poder de los Estados Unidos, el dólar y el pentágono, viven la crisis más profunda, de su larga historia imperial.

      El derrumbe de la torres gemelas de New York, la derrota en Irak y Afganistan, la dependencia comercial y financiera de China, su enorme deuda externa (14.6 billones de dólares), la crisis inmobiliaria son -entre otras- razones que permiten constatar la anterior afirmación.

      Por lo que, el estudio y análisis de estos once años del siglo XXI, nos conduce a afirmar que estamos en presencia del inicio de un nuevo período histórico. Período en el cual “la humanidad debe reconstruirse como raza humana”.

      Período histórico que debemos imaginar y construir llenos de optimismo. Teniendo presente que lo que está en juego es la existencia misma de la humanidad, la construcción de un nuevo orden económico, político y social, es una necesidad.

      Allí  es donde, la edificación de ese raro sujeto que llamamos Socialismo, adquiere toda su pertinencia.      

Profesor ULA 

npinedaprada@gmail.com



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Nelson Pineda Prada*

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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