Sirva una canción que inmortalizó al monaguense Cherry Navarro, y que decía: “¡Estas son la cosas que días tras días me alejan de tu corazón, querida mía..!, para hacer referencia al texto de una publicidad radial que pone a figuras del canto nacional, como es el caso de Francisco Pacheco y Cristóbal Jiménez, a recitar un texto en tono expresivo que dice: “¡Porque cosas para dar los venezolanos tenemos de sobra!”.
Ciertamente es así, y una voz “en off” previa a la de los dos cantores enumera esas “cosas”…, uno se imagina: buenas, bondadosas y sublimes que los venezolanos y venezolanas tenemos para dar. Sólo que con esa construcción tan adocenada, sobre todo el uso del no menos adocenado y acomodaticio cognomento “cosas”, a secas, realmente hace de la pieza publicitaria de marras en un verdadero bodrio anticomunicacional.
Que ese esperpento esté ahora difundiéndose por las radios del Sistema Nacional de Medios Públicos, sin que haya habido aún un llamado de atención de parte de los especialistas comunicacionales al servicio del Gobierno Nacional, pareciera obedecer a que no hay ningún tipo criterio de evaluación sobre tan delicada materia, ni mucho menos un equipo que se dedique a esa tarea.
Lo cierto de todo, es que contrario a lo que necesitamos los venezolanos y venezolanas: que nuestros medios de comunicación nos ayuden a desarrollar una capacidad crítica para que podamos hacer una lectura adecuada de los mensajes y con ello elevar nuestros niveles de conciencia política, y por supuesto evitar así ser víctimas de la manipulación mediática, por estos días a lo que asistimos es a una hemorragia de publicidad efectista.
Revolotea, pues, el espectro de aquel brillante periodista-publicista que logró el sortilegio de hacernos creer lo increíble de una gestión de gobierno que, entre otras “cosas”, logró el “mejor financiamiento del mundo”, y cuyo beodo presidente luego tuvo que salir a decir: “¡La banca internacional me engaño!”.
Estamos seguros que nada lejanamente parecido sucederá, gracias a la capacidad crítica del liderazgo bolivariano, especialmente la del presidente Chávez. Pero hasta que ésta no se active ante este cuadro dizque comunicacional, no nos queda otra “cosa” sino soportar el atiborramiento diario de este tipo de bodrios publicitarios y facilistas que, entre otras “cosas”, seguramente le estarán costando una “bolicha e´real” –diría un guaro- al Tesoro Nacional.
Entre tanto, también, otras “cosas” continuarán sucediendo en el país y no nos enteraremos nunca, por ejemplo: la existencia de centenares, o tal vez miles ya, de personas de la tercera edad, incluso las más avanzadas, que a nivel nacional no sólo demostraron aquello de “Yo si puedo” al cursar primero la Misión Robinson, después la Misión Ribas y finalmente la Misión Sucre, convirtiéndose en profesionales universitarios; sino que, además, su historias particulares de vida son un verdadero canto al optimismo humano que sólo una verdadera revolución humanista hace que prenda en la voluntad de los preteridos y excluidos de siempre, llevándolos a convertirse en verdaderos héroes y heroínas.
Y paralelamente, entre otras “cosas” también, los venezolanos y venezolanas asistiremos a la desaparición de centenares de medios alternativos y comunitarios que, desde abajo, han venido construyendo también heroicamente –si es que de precariedad de recursos hablamos-, esa nueva realidad comunicacional en todos los campos de la actividad humana tocados por la energía de nuestra revolución.
*Integrante de la coordinación nacional del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC).
mov.soc.mac@gmail.com