Que de cosas en un día, una visita papal al reino Borbón y un pueblo indignado y sacrílego que confiesa su ira ante la injusticia. Una revuelta de gente que no existe, gente sin nombre, anonymus que somos todos y no es nadie. Plazas embestidas por policías cargando la furia estatal y oligarca contra un pueblo sin cabeza, sin líder, sin más bandera que la rabia.
Que no se entiende muy bien la cosa, es verdad. Que nadie manda, que nadie puede convertir en votos o escaños en parlamento alguno toda esta rebelión espontánea, es cierto, que no se sabrá si hay camino sin organización o partido al frente, igual es cierto, pero que nada anterior fue capaz de convertirse en camino o alternativa ante un futuro negro de injusticias es la más pura de todas las verdades.
Hermosas para mi las plazas tomadas, hermosa la fuerza de la gente sin cara, sin líderes, obstinados de lo mismo y tratando de que esta rebelión no pueda venderse y convertirse en otra máscara más del mismo infierno.
Creo en la gente simple que sale indignada, me confieso anónimo y a punto de borrar mi nombre de mis notas, me pliego a las luchas populares que fotografían la esperanza de una humanidad hastiada de sin sentido.
Este papa que viene a España tendrá que enfrentar a los demonios de la miseria tornada en gente que no cree en más evangelio que la justicia en manos de los humildes, muy lejos del cielo y naciendo de la propia tierra. Este papa no tiene poder de bendecir algo que ya está bendito por el poder de la vida que late en todas y todos los que defienden el derecho a vivir en un universo de armonía y sin compulsión a poder alguno. Las páginas de una biblia nueva se escriben sobre esta tierra, el Apocalipsis capitalista desenmascara al demonio y profetiza al poder simple y sencillo del hombre común, dejemos de ser el nombre que nos pusieron. Yo soy otro tu, tu eres otro yo. Somos indestructibles mientras todas y todos seamos solo lo que somos: el pueblo.
Patria socialista y victoria: Venceremos!!!
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