El pueblo venezolano viene generando un cambio hacia un fin político que conlleve hacia un liderazgo latinoamericano que, se constituya en el factor influyente para abrazar un nuevo tiempo patriótico y, donde las leyes se enmarquen en la defensa del patrimonio público para hacer evidente el deseo de nuestro Libertador Simón Bolívar en cuanto a la fase unitaria del poder, como el de una nueva dirigencia para movilizar a la sociedad venezolana hacia un nuevo lindero patriótico. La fuerza de un pueblo viene imponiendo un modelo político, pero necesitamos ideología y mucha disciplina, hay un sector interesado por la desintegración del país, por eso, el desorden urbanístico, los invasores, la delincuencia y la especulación de los productos de primera necesidad. Hay que tener cuidado con el concepto de religioso en cualquier orden político, porque, viene una correlación de fuerzas donde el fundamentalismo es primordial para esa lucha o división de clases. Esto, trae un conjunto de expectativas sociales que puede generar una inestabilidad territorial en las comunidades por la regulación del sentimiento de identidad y como se mueven las fuerzas espirituales para sembrar la fase dogmática en la creencia de Dios hacia un amplio grupo de ciudadanos ajenos al quehacer proselitista, pero comparte opiniones con sus partidarios afines.
Cualquier fracaso del líder traería una serie de frustraciones que seria visible en la gama mundial del poder, trayendo consecuencias internacionales obvias, debido a esto, nadie puede fallar, el poder económico es un criterio clave para ejercer un equilibrio de poder global y militar. En este caso, el problema de la izquierda es que no quiere salirse del pensamiento marxista y adaptarse a nuevos filósofos que correrion sus pensamientos hasta Jean Paúl Sartre. Como una derecha que desea asumir un nuevo criterio de lucha bajo los sondeos de un nazismo moderado para aniquilar la nueva fuerza que crece en las grandes ciudades, los pobres. Van a ellas e invaden sus zonas rurales para construir rancherías y dedicarse a la venta pública de alimentos que le son dados por algún mercader que tiene sus súbditos en el ejercicio del poder. Es un programa de desgaste para ambas bandas.
El discurso carismático es vital para arengar las masas y persuadir a la población sobre alguna crisis por venir, pero, nuestra militancia socialista no posee una ideología acertada sobre nuestra realidad geopolítica y, por el otro lado, Manuel Rosales no enfrentó su verdad y huyó llevándose la esperanza de muchos venezolanos. Son pocos, los que manejan ese modelo oratorio en nuestra gesta histórica de hoy.
Cipriano Castro en una oportunidad en la Habana, Cuba, destacó: “Nuestras repúblicas con el ingrato recuerdo del imperialismo luchan por encontrar el camino del engrandecimiento y la prosperidad”. Estas ideas, todavía persisten y de allí, los acuerdos para coordinar la integración de algunos países hacia la gran América.
La izquierda mundial debe ser más pragmática, ya sabemos lo sucedido en Europa, las teorías se caen ante un pueblo que se desboca, originando indisciplina, es cuestión de supervivencia y de valores. La casa del PSUV en Parque Valencia se convirtió en un taller mecánico del transporte público y no un lugar para hablar ideología. En la oposición, vemos candidatos, como gatos en un saco que es la MUD y no tienen un programa presidencial. Son dos enfoques, que, debe ser analizado y tener un diagnostico correcto, creo que jugamos a una estrategia al fracaso, pero, el presidente ha sido muy claro en el rumbo deseado.
Hay que prepararse para los cambios políticos por venir y sobretodo al climático. Los presidentes elegidos en esta década, deben abogar a través de la Organización de Naciones Unidas de una serie de programas para atacar la hambruna mundial y tener un compromiso claro con el pueblo, en cuanto a su organización y lucha de clases, lo que sucede en Libia y el cuerno de África, nos puede suceder a nosotros por no respetar los reglamentos y criterios ambientales, sin olvidar la aparición de los nuevos piratas del mar y, quienes invaden grandes extensiones de terrenos para construir rancherías y vendérselos a los pobres.
La burocracia en el interior del poder socialista debe ser aniquilada. Esta situación viene entronizando grupos de poder que daña la dinámica de los partidos políticos y, que los académicos deben revisar muy bien para poder continuar en la agilización de las ideas que predican la libertad y justicia social. Hay que trabajar muy acertadamente sobre los lineamientos de un pensamiento estandarizado que nos lleva como último recurso hacia la burocratización de los ideales primarios del hombre, hasta derrotarlo hacia una vida aburguesa, mientras, los controles sociales se desvanecen y destruyen los principios de la estructura social. En este segmento, aparece la derechacización del poder, originando violencia y hace florecer el neofascismo.
Ya no podemos seguir en contradicciones en la práctica de un proyecto político. Ose va, o nos quedamos. Existen otras fuerzas al margen de la ley que han asumido el control del Estado y manejan ciertos cuerpos de seguridad, por esto, nos encontramos en una emergencia y las autoridades deben asumir su protagonismo. Y no caer en derrotas. En todo el sentido, la burocracia trae corrupción e incapacidad portentosa en los asuntos administrativos y, es la población la que sufre sus desmanes y achica su espacio laboral. Por lo tanto, es necesario programar nuestra libertad, en base a una planificación controlada y exigente al ciudadano progresista, donde lo económico y social se enmarque en lo establecido en el mencionado plan.
Catalizar el desarrollo humano, es visualizar una gran nación. La empresa privada, debe articularse bajo el enfoque del Estado para conformar de una manera equitativa, una nueva manera de avanzar hacia un nuevo prisma político de igualdad y libertad, crecimiento social e ideológico. Es el futuro esperado.
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