Estas organizaciones han propiciado una radical y autentica actividad democrática, participativa, deliberativa y protagónica, que ha impulsado el nacimiento de nuevas formas de articulación con los poderes públicos, tal como lo demanda la Constitución Bolivariana. Este impulso creativo, delineado por el común objetivo de la participación social espontánea y el ejercicio del poder popular, y animado por los lineamientos centrales del proceso político nacional, deben ser llamados a constituir el andamiaje, objetivos y alcances del gran Polo Patriótico con esencia popular y revolucionaria, que articule una fuerte unidad entre los partidos revolucionarios y las fuerzas sociales, para ampliar el ejercicio de un gobierno sostenido en la participación popular.
El reto es congregar la extraordinaria multitud en torno al espacio común de objetivos y principios propios –liderazgo de Chávez incluido- que nos convocan. De allí que la teoría sobre la organización de las luchas sea la sistematización conceptual de las luchas del presente y su puesta en práctica. Se trata de considerar una definición afirmativa e inmanente del sujeto, donde la política sea una producción colectiva y no teleológica. Se trata de potenciar la subjetividad revolucionaria al generar dinámicas de interacción solidaria entre todos los actores sociales con la creación de novedosas maneras de reunirse, discutir, dialogar y, sobretodo, tomar decisiones, para avanzar en la construcción, a decir de Gramci, de un bloque hegemónico revolucionario capaz de adversar de manera renovada y permanente, y en diferentes campos de acción, las amenazas a la revolución. De esta forma el pueblo ejerce el poder en el socialismo de siglo XXI.
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