En la Margarita de mucho antes de la imposición de la Zona Franca, el Turismo y los Adecos, la gente vivía. Mi abuela materna, nos sentaba a su alrededor y era casi hipnotizante escuchar sus cachos. El pueblecito de mi abuela es Tacarigua y allí se concentró una rica herencia guaiqueri, africana y del colonizador. De la pesca y la agricultura vivía el margariteño y margariteña, y también del contrabando, éramos grandes contrabandistas (por la condición de isla), las familias pudientes eran sobre todo comerciantes y pertenecientes a las autoridades del estado. Eso si, esos viejos tenían terrenos y terrenos, que lamentablemente después de la codicia capitalista, fue el festín de los primeras aves de rapiña inversionistas. Bueno me desvié un poco de mi intención. En esa margarita de antier, la gente sabía vivir. Tenía su conuco, donde había de todo, chivo, una vaquita, burro de carga, yuca, batata, ocumo, ají margariteño, chimbombó, limón, pan del año, mango, cerecitas y no faltaba la mata de totuma, para hacer los utensilios. El pescador faenaba y de su captura hacia trueque con el agricultor y con el artesano, que era una próspera industria en estas islas. De aquí salían alpargatas, unos famosos zapatos maqueros (de la población del maco), sombreros, mapires, cestas, las mas hermosas vajillas de barro en el cercado, las hamacas y chinchorros de la vecindad, en fin se producía lo necesario para una vida feliz. El agua siempre escasa en la isla, no era mucho problema para el habitante de estas islas. Se aprovechaba el agua de los lavamanos y del baño que siempre llegaba a una maticas para los frutos de la casa, las aguas de lluvias se recolectaban, en fin sabíamos ser isleños. Se respetaban la topografía del terreno, nunca se construía en los pasos de agua naturales, así que en periodos de lluvias nunca había grandes daños. Las viandas de comida se compartían y si la vecina hacia arepa le mandaba dos a Vicentica y mi abuela le mandaba un perolito con la sopita de gallina del día. En fin se vivía.
Yo tuve la dicha, que aunque en los años ochentas de mi niñez, vivir algo de esa margarita. De comer en totuma, de ver como se compartían las cosas, como la gente en su casa sembraba y había siempre una mata de quien comer, de los cuentos de los viejos, de los juegos solidarios.
Éramos Socialistas y no lo sabíamos… ojala podamos tomar un poquitico de esos viejos, para construir este nuevo Socialismo… sueño con eso, y no con la locura y destrucción capitalista de estos días en mis islas…
La bendición a mi abuelita Vicenta…. Te amo… Siempre estarás en mi y a todo ese pueblo de Tacarigua, que es mío también…
Independencia, Patria Socialista…Viviremos y Venceremos.
Patria o Muerte…VENCEREMOS!!!
oj_armas@hotmail.com
@OJArmas
Nueva Esparta. Isla de Margarita.