Esta Suramérica de mágicas
leyendas, de héroes y aventuras, de batolas y collares indígenas,
de abolengos cortejos y rituales ancestrales, se aparece de pronto en
la colina de la vida, todas y todos vienen invocándola. Cantos de negros
y de feligreses, rezos en todas las lenguas indígenas, claman por la
salud de un buen hombre que lucha contra una enfermedad, claman por
él para garantizar el mando sobre el camino que desde hace 12 años
recorremos.
Desde las nubes se presiente
la polvareda de los lanceros de los llanos, los gritos que tronaron
sobre los campos de batalla, el tricolor que liberó a todo el continente,
detrás de ellas relincha brioso el caballo de Bolívar que lo trae
a mirar desde su altura lo que clama el pueblo, viene con la espada
en la mano, radiante. El pueblo le está rezando, pidiendo que se encarne,
que galope de nuevo por nuestras tierras, que su furia y sus valientes
soldados se apoderen de nuestros espíritus para las enfrentas definitivas
donde forjaremos la victoria.
Hugo Chávez se baña con el
amor del pueblo, no dudo de mejor medicina contra enfermedad alguna.
La patria se cobija en su bandera y entona su himno para llamar a todas
y todos, no habrá nada que detenga a un pueblo decidido, no habrá
derrota para un pueblo encendido por la fe de su futuro. ¡Que sigan
sonando los cantos de los pueblos benditos! Más pureza no existe sobre
la tierra, se tendrá que ir espantada la muerte y volverá la luz brillante
a iluminar el rostro de nuestro comandante.
Pueblo mío, seguid cantando, seguid pidiendo, seguid amando y seguid en el camino que os dispuso nuestro padre Bolívar. Necesario es vencer y venceremos!
brachoraul@gmail.com
Patria independiente y socialista: ¡viviremos y venceremos!