Apenas entre la opinión pública se posiciona sólidamente la apreciación positiva del gobierno del presidente Chávez, aparece alguna “verruga” que trata de desviar la atención sobre esa situación, pero sobre parece apuntar a un objetivo fundamental para quienes tanto adentro como afuera de nuestro país se mueven para lograr lo que les quita el sueño desde hace 12 años: sacar al presidente Chávez de la presidencia bien sea por la vía electoral, pero incluso sin descartar y hasta añorando por momentos su salida violenta.
Antes del nuevo “affaire” Eduardo Samán, destapado en un supuesto cable de Wikileacks hecho público sobre estrategia de corporaciones farmacéuticas transnacionales con la complicidad de funcionarios de gobierno bolivariano para sacarlo del ministerio d comercio desde donde preparaba una ley contra los privilegios de estas corporaciones; todavía reverberan, o mejor dicho, repercuten en la opinión pública los casos del periodista colombo-sueco Jerónimo Becerra y del compositor-miembro de las FARC, Julio Conrado, con los que ya antes se pretendió echar agua a ese molino que la CIA sabe muy bien, es efectivísimo para dividir a los revolucionarios y acabar con revoluciones genuinas, restándole votos entre sus seguidores incluso.
Justo cuando esto acontece en nuestro suelo, vemos lo que sucede en Bolivia, todo ello asociado con lo que pareciera seer un guión divisionista bien estudiado en laboratorios de guerra sucia. Posiblemente, producto de una accionar inconsulto, y a veces torpe desde el Ejecutivo -lo que sucede igualmente en Venezuela-, funcionarios del gobierno de Evo Morales aprobaron la construcción de una carretera en medio de una reserva ambiental e indígena. No tardaría la CIA en comenzara operar con sus agentes encubiertos y con apátridas captados dentro de las tribus de la zona, y sembrando cizaña y logrando movilizar en contra a un gran contingente de indígenas.
No sé, pero comparto la opinión de algunos analistas en que el caso Yukpa en Venezuela tiene mucho de este guión. Hace cierto tiempo llegó a mis manos un dossier de supuestas Ong’s de diferentes países, e incluso de algunas venezolanas muy renombradas en el tema indígena, donde denunciaban internacionalmente al gobierno bolivariano de violar los derechos indígenas y de neoliberal por supuestamente querer explotar minerales en territorios indígenas sin tomar en cuenta a los pobladores originarios y sus derechos. No tardarían hasta ex viceministros de este gobierno en sumarse a esta posición públicamente.
Lo cierto de todo, es que pareciera que se cumple la advertencia de algún analista del fenómeno Wikileacks desde el punto de vista comunicacional. Y es que al ser este portal y sus editores, particularmente Nicolás Assange, víctimas de una aparente persecución y criminalización por parte del gobierno estadounidense, que incluso le dio carácter de razón de Estado a su política para acallarla, su alta credibilidad tendría un blindaje a prueba de “balas” de descrédito.
En este sentido, un detalle nada despreciable y que no puede pasar desapercibido, debido al peligro que constituye si en verdad estamos ante un complot divisionista, es que en el supuesto cable de Wikilieaks se menciona a la ex magistrada Hidelgar Rondón de Sansó en un supuesto papel “antinacional”. Como sabemos, esta persona está emparentada con el actual presidente de PDVSA, Rafael Ramírez. ¡Complete usted este Sudoku a ver a qué iniciales llega!
*Integrante de la Coordinación Nacional del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC)
mov.soc.mac@gmail.com