La ausencia de Acción Democrática en la reunión del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero con la oposición venezolana, así como las declaraciones de Henry Ramos Allup, han provocado devastadoras perturbaciones en la sociedad española.
Las que siguen son informaciones confidenciales proporcionadas por mi propio SI (Servicio de Inteligencia), que los medios han acallado en razón de la férrea censura impuesta por el rrrÉgimen.
El Rey está a punto de abdicar ante la ausencia del apoyo adeco. Se dice que podría venir a Venezuela a suplicarle en persona a Ramos Allup que lo vuelva a apoyar. «¡Henry no puede hacerme esto!», imprecó.
En las calles de España ha habido graves disturbios en estos días ante la consternación y el abatimiento nacionales. El desaliento es visible en las vías públicas, donde se oyen imprecaciones como «¡ay, pena, penita, pena, pena de mi corazón, que me corre por las venas, pena, con la fuerza de un ciclón!». Otras voces desesperadas impetran: «¿Qué tiene la Zarzamora, que a todas horas llora que llora por los rincones; ella que presumía de que rompía los corazones?». «¡Tengo el corazón partío!», exclamó Alejandro Sans por su parte, desfallecido sobre una acera de la Calle de Alcalá.
La depresión de Zapatero es severa ante este catastrófico fracaso de su visita a Venezuela, el peor de su carrera y uno de los descalabros más demoledores de la historia española contemporánea.
Igual ocurre a la princesa Letizia, quien se ha encerrado en sus reales estancias, presa de una tristeza conmovedora en un ayayay y un no querer ver a nadie. No come ni duerme. El príncipe Felipe no halla cómo consolarla, pues él mismo se encuentra sufriendo de un grave abatimiento, lanzando vagidos con expresiones como, «¡con AD se vive mejor!». También se ha oído esta imprecación a Su Majestad Juan Carlos y a la reina Sofía.
Han sido suspendidas corridas, espectáculos de cante jondo, zarzuelas y demás fiestas ante la ausencia de público, que no está para celebraciones.
Las cotizaciones en bolsa de las empresas españolas se derrumbaron ruidosamente ante la infausta noticia. También se tambalea el euro, otrora lozano ante el dólar.
El Departamento de Estado manifestó su preocupación.
Seguiré desinformando.