MICHAEL HARDT
Comprender que los conceptos no son operativos solamente en el terreno de la ideología y la teoría sino principalmente en el terreno concreto y en la composición de los imaginarios que hacen las luchas, es dar el salto cualitativo al interior de la izquierda y es preparar las condiciones para que desde hoy germine el porvenir.
Es un hecho real y concreto que desde que se inició en Venezuela el Proceso Constituyente, en 1999, en el que por primera vez el Poder Originario del Soberano fue convocado para elaborar, aprobar y hacer suya una Constitución, se han conquistado nuevos espacios de participación popular que han permitido la irrupción y consolidación de numerosas organizaciones comunitarias.
Luego, impulsadas por el gobierno nacional y con ánimo de fortalecer esta plataforma de poder popular, la gente también comenzó a congregarse en consejos comunales, comités de tierra urbana, mesas técnicas de agua, etc. El camino hacia la emancipación en Venezuela sabemos que ya tiene un recorrido, su lucha viene dándose desde hace décadas (incluso siglos si pensamos en los procesos de defensa de la tierra por parte de los pueblos originarios), pero la territorialización de las luchas sociales (y su correspondiente sistema de relaciones en el mapa actual) tiene su momento cumbre de multiplicación, en el despliegue de la multitud junto al Poder Constituyente impulsado por el presidente Hugo Chávez.
Como señala el camarada Chávez : “Lo que sí nos dice Venezuela, más allá de la teoría, ya que aquí tenemos una realidad en marcha, es que el poder constituyente es, compatriotas, potencia permanente, potencia transformadora, inyección revolucionaria para activar y reactivar nuestro proceso bolivariano. ¡Potencia permanente, capacidad para responder! ‘Capacidad’, esta expresión la tomé de Toni Negri: capacidad para responder continuamente a oportunidades históricas que se van presentando a lo largo del camino”
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