El debate no es sólo moral, sino que va mucho más allá. Se trata de la banca privada y la banca pública. No en vano, hablaremos del funcionamiento de este sector bancario, que viene hacer crucial para el resurgimiento del capitalismo; extraordinarios beneficios han tenido los dueños de las bancas a través de altos intereses 24%, y así mismo los directivos que se encuentran a la cabeza de las bancas públicas y privadas, a través de las mordidas (llámese comisiones) a la hora de que un cliente solicita un crédito y su posterior aprobación, han provocado con este Modus Operandi, actividades especulativas y sin duda sangrante resultado, pasa lo mismo cuando se solicita algunos dólares para una medicina, o enviar una remesa a un hijo o familiar que se encuentre estudiando en el exterior; y quienes pagan el plato roto las clases populares que nada han tenido que ver en este tipo de actividad especulativa. El trabajador venezolano, con estos altos intereses de la banca en Venezuela incluyendo la banca pública, es desangrado, existe un beneficio que da esta banca pública-privada, que se convierte en un atraco en silencio, porque si el trabajador reclama lo del 24% que cobra la banca pública igual que la privada en Credi-nomina, los operadores financieros, no son otros, sino los empleados del banco que le dicen al trabajador esta es la política del banco, si lo aceptas entonces hacemos la operación si no, lo lamento por usted; este es un préstamo que se le da al trabajador de 8 ó 10 salarios, para ser pagado en 36 meses (3años) con 24% de interés; puede ser: para arreglar su casa, para completar para una operación de algún familiar que no se encuentra incluido en el seguro, para adquirir un vehículo, entre otras.
Estaríamos ante los efectos más drásticos de la transformación que el capitalismo acometió en la década de los ochenta y noventa en Venezuela. Dicha transformación, resultado de las reformas políticas de los gobiernos cuarto republicanos de inspiración neoliberal (Desde la crisis social de 1989 y las medidas económicas adoptadas por el delincuente-presidente Carlos Andrés Pérez, además de las dos intentonas de Golpe de Estado en 1992 se empeoró y aceleró el proceso inflacionario en Venezuela, aunado a las elevadas tasas de interés, el endeudamiento y la imposibilidad de la banca de pagar a tiempo sus obligaciones, se desata una gran crisis bancaria en el país que se inicia en 1994 con el desplome del Banco Latino y al Grupo Latinoamericana Progreso al cual pertenecía el Banco Progreso y el Banco República, además de arrastrar a otros bancos como el Banco Metropolitano, Banco Principal, Banco La Guaira, Banco Ítalo Venezolano, Confinanzas, Banco Construcción, Cremerca y al banco más antiguo para el momento en el país, el Banco de Maracaibo. Otros bancos como el Consolidado y el Banco de Venezuela pese a ser intervenidos, son vendidos por el Estado venezolano a capitales extranjeros, el primero sería adquirido finalmente por Corp Banca y el segundo por el Grupo Santander. El Banco Unión también cae en la crisis pero logra reponerse por auxilio financiero). Los bancos, en respuesta a ello y para mantener los niveles de rentabilidad previos, habrían desplazado su actividad en dos sentidos: involucrándose de forma creciente en operaciones de mercado abierto e intensificando sus relaciones con los trabajadores individuales, lo que se define como “expropiación financiera” de los bancos sobre los trabajadores, agudizando la desigualdad y la transferencia de rentas desde las clases sociales más desfavorecidas hacia los directivos bancarios y los accionistas de los bancos.
La necesidad de una verdadera Banca Pública tendría dos pilares fundamentales. El primero, ser factor imprescindible en la superación de las necesidades del pueblo venezolano de forma justa y verdaderamente eficiente. El segundo, recuperar el sentido del sistema financiero y promover que el mismo sea un canal efectivo de transferencia de capital hacia la inversión productiva. Además, la verdadera Banca Pública se plantea, servir también como parte de una estrategia más amplia de recuperación del poder económico venezolano. La verdadera Banca Pública sería una alternativa mucho mejor para enfrentar todos estos problemas. En primer lugar, restauraría por completo la confianza del pueblo venezolano en la banca. Al estar su actividad respaldada por el Estado como una verdadera banca pública, no habría razones para dudar de sus solvencias. En segundo lugar, se solucionarían también los problemas de falta de transparencia y, claro está, de criterios sociales bien diferenciados y con total transparencia y representación social.
Es hasta peor pedir un crédito en la banca pública, que en la banca privada, porque todas esas inyecciones de dinero se han destinado a nuevos procesos de inversión financiera especulativa. La financiación de la inversión productiva pasa por una cantidad de obstáculo, hasta llegar a la mordida (comisión para poder dar el crédito). El trabajador que tiene la esperanza de adquirir algún día un vehículo, le ponen todas las trabas habidas y por haber (Todo lo contrario de lo que desea nuestro comandante presidente para con su pueblo trabajador) En Primer lugar: un altísimo interés; en Segundo lugar: el tiempo para pagar el mencionado vehículo es muy corto; en Tercer lugar: las cuotas son tan elevadas, que sales empeñándote nuevamente para poder pagarla, en vista que duplican y hasta triplican tu salario.
Con el dinero del estado trabajan más de un inescrupuloso (llámese gobernadores, alcaldes entre otros), que se le dan o se les bajan los recursos para pagar a los trabajadores, para realizar nuevas construcciones al pueblo venezolano (llámese viviendas, vialidades, etc.) Es decir, el dinero del estado lo destinan a depositarlo en bancos privados para cobrar 2, 3, y hasta 4 punto más, ofrecida por los dueños de la banca privadas, importándole nada, que ese dinero sea para desangrar al pueblo venezolano cobrándole altísimos intereses, que cubren los punto por demás ofrecidos y la gran tajada que se llevan los banqueros privados. En lo que respecta a la banca pública (llámese Banco Venezuela, Bicentenario, del Pueblo, del Tesoro, entre otros) sus comportamientos es igual al de la banca privada se han mostrado muy poco eficientes. La Banca Pública, en definitiva, se ha distorsionado y no está cumpliendo su función. Además, el funcionamiento “ético” de la Banca Pública no tiene prohibidas las actividades especulativas y las prácticas depredatorias (altos tipos de interés) con los trabajadores. La nacionalización del Banco de Venezuela, no se trata de una simple sustitución de gestores privados por burócratas estatales, sino de un cambio profundo y radical en la naturaleza de la misma institución. El estado venezolano nacionalizo el Banco de Venezuela, para que existiera una verdadera banca pública que estuviera organizada democráticamente, con unos criterios sociales bien diferenciados y con total transparencia y representación social. En la cuarta república transferían el poder del Estado, que se suponía que nos representaba a todos los venezolanos, a unas pocas manos que sólo se representaban a sí mismos. Si el gobierno revolucionario que lidera nuestro comandante presidente Hugo Rafael Chávez Frías, no toma los correctivos necesarios (3Rs) en estas instituciones públicas; otros se seguirán forrando de dinero a costa de la supervivencia de los venezolanos, y le echaran la culpa a Chávez.
Solo el pueblo salva al pueblo.
Patria Socialista o Muerte. VENCEREMOS.
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