Suponer indispensable y necesario la presencia europea en América para que ésta alcanzase estadios superiores, es ignorar la grandeza de la condición humana y la dinámica del proceso histórico.
El desarrollo del capitalismo en Europa, el ansia de beneficios de las clases dominantes, la esencia expoliadora del sistema y el desarrollo tecnológico y científico alcanzado por Europa en los finales del siglo XV, pusieron a Colón en las costas de esta parte del mundo y condujo aquello que Darcy Ribeiro calificó como un desfase.
La presencia europea en América a partir de 1492, fue más bien un acontecimiento vital para el crecimiento de la economía de aquel continente. Útil para que el comercio y la economía de aquellos países pudiesen avanzar. Una política colonial que mató indios por millones e incurrió en la crueldad del esclavismo, que ya Europa había abolido, significó un salto gigantesco para el capitalismo europeo. Nunca antes la economía del viejo continente había experimentado una expansión y una velocidad de crecimiento que se parangonase con los resultados que a largo plazo arrojó la anexión de América a Europa. Porque aquello estuvo aparejado al traslado de nuestras riquezas minerales, a un intercambio comercial intenso y sobre explotación del trabajo del hombre que vivía en América.
Por eso la importancia de Colón estuvo en haber abierto el camino que condujo a la explosión del capitalismo y a una acumulación de capital gigantesca por parte de la burguesía europea.
Luego pudieron comprobar los países conquistadores que más fácil que combatir contra la flota italiana y la temible infantería turca, era matar indios mal armados en América, alienarlos a los valores culturales europeos y crear las bases que condujo al despojo más descarado.
Por estas cosas, celebrar o festejar la penetración europea en América y África es deshumanizarnos y hacer el triste papel de herederos de quienes promovieron aquel acontecimiento puramente mercantil.
Pero el hecho se produjo. La historia no retrocede. El acontecimiento derivó consecuencias significativas y colocó a América frente a una nueva realidad. Tras de Colón, llegó el rezo castellano, la sotana negra, el pensamiento turbio y la maldad. Al hombre libre le volvieron esclavo y no conforme con eso, del África, en el fondo de galeras, trajeron nuevos hombres, en nombre de la cruz, para aumentar la explotación y la crueldad. Esto es lo que debemos considerar.
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