En nuestro país y en la mayoría de los países del mundo, los salarios o los sueldos que perciben los trabajadores y las trabajadoras por realizar sus jornadas laborales, dependen de la élite social o el status cuo en él trabajador se ubique en la sociedad y del desarrollo económico que tenga la Nación donde residen los seres humanos socioeconómicamente productivos; en este orden de ideas y de forma jocosa, se me ha ocurrido hacer algunas comparaciones para determinar las injustas variaciones que se dan entre los sueldos y salarios, que a pesar de estar hoy en nuestro país viviendo en una nación gobernada bajo una ideología revolucionaria socialista e ideológicamente bolivariana; en materia de sueldos y salarios pagados a la clase trabajadora en todos los ámbitos laborales, aún se mantiene la aplicación de la ideología capitalista, para cubrir la demanda de la sociedad venezolana en este sentido; con el respeto que se merecen los expertos en materia económica, paso enfocar de forma jocosa la forma de clasificar y comparar los sueldos y salarios.
Por ejemplo: no es igual un sueldo decente que un sueldo docente, ya que “un sueldo decente”, es el que permite a los ciudadanas y los ciudadanos, vivir su existencia con dignidad ya que les hace posible cubrir sus necesidades básicas de: alimentación, salud, educación, vivienda, vestido y calzado, recreación o cultura, etc.; mientas que con “un sueldo docente”, las maestras y maestros en la educación venezolana y en buena parte del mundo, subsisten con extremadas limitaciones económicas, que les impiden llevar una vida digna acorde con el importantísimo rol que cumplen en la sociedad.
No es igual “un sueldo modestamente ganado”, que “el sueldo percibido por jueces, magistrados, políticos gobernantes y diputados”, ya “el sueldo el sueldo modestamente ganado”, no pasa de lo éticamente pagado; pero el “sueldo de jueces, magistrados, políticos gobernantes y diputados”, es grosera, injusta y escandalosamente cobrado.
No es igual “el sueldo de un simple obrero”, que “el sueldo cobrado por un gerente público o privado tracalero”.
No es igual “el sueldo de un comerciante decente”, que “el gran sueldo percibido por el comerciante especulador de la gente”
Como Uds. pueden notar respetables y consecuentes lectores, mientras que el hoy Estado socialista y revolucionario venezolano no logre controlar estos desequilibrios socioeconómicos, seguirá siendo de alguna manera “el hermano gemelo del capitalismo imperial”, por tanto la lucha revolucionaria socialista debe continuar profundizándose hasta lograr el verdadero equilibrio socioeconómico en nuestra República Bolivariana de Venezuela.
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