De una a otra Venezuela

Tomo prestado de Arturo Uslar Pietri el título de su libro: “De una a otra Venezuela”, en el cual expuso sus reflexiones sobre los “angustiantes problemas nacionales”, escritas entre 1947-1948, publicadas en 1949. Obra que fue silenciada durante los cuarenta años del puntofijismo en Venezuela. Cincuenta años después, estamos construyendo esa otra Venezuela.

Para 1993, existía en nuestro país la convicción de que el régimen partidocrático, la democracia puntofijista, tenía un futuro muy incierto. Las instituciones del Estado habían perdido toda credibilidad. Los partidos políticos se habían convertido en “cascarones” de burócratas, los cuales habían dejado de ser actores fundamentales del sistema democrático, convirtiéndose en aparatos electorales, ajenos al sentir popular. El “liderazgo” nacional había alcanzado un alto nivel de deslegitimación, producto de su acelerado desprestigio, determinado por la corrupción y el burocratismo. Liderazgo que era percibido por la mayoría del país nacional como “mafias o castas cuyo único objetivo era autoperpetuarse para el mantenimiento de sus privilegios a través de la monopolización del poder político”.

Para ese año, el nivel de incertidumbre que se vivía en nuestra patria era de tal magnitud, que sólo algunos medios de comunicación, algunos sectores de la iglesia católica, algunas universidades, algunas personalidades que individualmente actuaban, gozaban de una cierta credibilidad.

El escepticismo, la apatía, la incredibilidad, se habían apoderado del venezolano. No era para menos. Los partidos políticos, ya no representaban a nadie; y sus líderes, ya no dirigían ni siquiera a sus militantes.

La situación de crisis política, que se vivía en aquellos años, era tan profunda, que ni siquiera la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE), fue capaz de diseñar salidas objetivas a la misma.

No podía hacerlo; en primer lugar, porque la crisis vivida había hecho metástasis en todo el cuerpo del Estado, en el poder ejecutivo, el poder judicial y el poder legislativo, ningún venezolano creía. En segundo lugar, porque como caso particular en Venezuela, la Reforma del Estado la imagino, la promovió y la ejecutó el propio Estado. Dicho en términos populares: el Estado cobraba y se daba el vuelto. El Estado se reforma a sí mismo.

Aunque, a decir verdad, la formación social venezolana de capitalismo rentístico, de democracia partidocrática, de hegemonía populista, elitista, de grandes desigualdades sociales, no resistía más reformas, lo que requería era cambios profundos.

Transformación de la sociedad venezolana que estamos haciendo posible ya que, al viejo modelo diseñado por y para las clases dominantes, lo estamos sustituyendo por un nuevo Proyecto Nacional.

Proyecto Nacional que coloca al venezolano como el sujeto fundamental del desarrollo nacional. Que entiende a la democracia como una cultura, como una forma de vida, y no solo como un sistema político. De allí que nuestra democracia sea participativa y protagónica.

Por ello, le asignamos al quehacer político la dimensión ética. Porque ética y política, para una verdadera democracia, no son distintas. Para nosotros, la política es la conjunción de las grandes ideas, de los grandes proyectos, con la vida diaria. Razón por la cual, estamos muy lejos de aquellos que creen que la política es solo cuestión de élites, de sabios, de predestinados por los dioses. A estos les asombra, les molesta y los incomoda que el venezolano hoy no hable solamente del Caracas y el Magallanes, sino que discuta sobre el quehacer político.

Para nosotros, la edificación de un nuevo modelo de desarrollo tiene una implicación trascendental. Porque, lo que está en juego es muy caro, es muy profundo, se trata –nada más y nada menos- de cómo incluir a los excluidos de siempre, de cómo reconocer y darle valor potencial a las preocupaciones políticas que en su vida diaria dichos sectores elaboran, piensan y construyen.

Pues bien, para la transición hacia ese nuevo Proyecto Nacional, sus bases estructurales están plasmadas en el Proyecto Nacional Simón Bolívar. Primer Plan Socialista (PPS) 2007-2013. Para la consolidación del mismo, se elabora la segunda fase de dicho plan: 2014-2020, cuyos lineamientos generales –seguramente- el Presidente Hugo Chávez, el año próximo presentará al país.

Profesor ULA
npinedaprada@gmail.com


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Nelson Pineda Prada

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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