Año IV

Pildoritas 162

A PROPÓSITO DE LA RÉPLICA DE FUENMAYOR TORO A “UN TAL SAUL MOLINA”

Es su realidad, señor ex-rector, yo no la comparto, el hecho de que usted conozca algún caso que considera un abuso para algún pequeño arrendador, no es motivo para que a ultranza se descalifique la Ley; de el Presidente para abajo han explicado que la Ley sólo busca evitar o más bien erradicar una de la herencias del capitalismo, que le acepto sigue “vivita y coleando”, y que ha servido para que muchos explotadores de la tragedia que miles de familias viven en este país, se enriquezcan aprovechándose de la necesidad de un techo.

Los llamados pequeños arrendadores, si demuestran que en realidad después de invertir sus ahorros en adquirir una vivienda para alquilarla, lo hacen sin prever que en alguna oportunidad la van a necesitar para utilizarla, por ejemplo para que viva alguno de sus hijos que formó hogar, deben saber que la Ley no se lo impide, pero también deben estar conscientes que se deben conceder los plazos correspondientes, porque no se puede echar a la calle una familia para darle techo a otra que mal que bien está en ventaja, pues al menos tiene la posibilidad temporal del cobijo de su familia o la de su esposa o esposo, compañero o compañera.

Ahora bien no se puede descalificar la Ley sin saber exactamente cuáles van a ser las bondades o fallas que pueda tener (todas la leyes las tienen) y sin tomar en cuenta que como contrapeso de casos como los que narra el profe, esta Revolución, está, a pasos agigantados, en la búsqueda de resolverle a todos los venezolanos el problema de vivienda y cada día van a ser menos los necesitados de alquilar vivienda, para en muchos casos pasar por humillaciones e incluso por violaciones a sus derechos humanos.

Es una realidad irrefutable que muchos colegas de aquel que aceptó ser acaparador pero dar empleo, en el campo del mercado inmobiliario, son explotadores profesionales, violan las leyes flagrantemente, cobran abusivamente alquileres por adelantado, depósitos y fiadores, obligan a contratos cada seis meses y es una realidad de la que no habla el escribidor que me replica, que muchos han dolarizado ese mercado. Son los más, los pequeños arrendadores conforman un pequeño porcentaje ante los numerosos acaparadores de viviendas, dueños de edificios y hasta urbanizaciones enteras, que dejan en manos de inmobiliarias la administración de sus propiedades y viven en el exterior, por otro lado el espíritu de la Ley es resolverle el problema a la mayoría de venezolanos que padecen la necesidad de un techo y que en muchos casos, los más, tienen que someterse a la voluntad de inescrupulosos que explotan esa necesidad. La ley no busca afectar a pequeños propietarios, más bien los protege y no les quita la posibilidad de solicitarle al inquilino su vivienda, pero sin presiones y siempre considerando concederle la oportunidad de encontrar una alternativa, una de las cuales es acogerse a las facilidades que el gobierno del Presidente Chávez, está ofreciendo a las familias venezolanas que carecen de techo y viven alquiladas, que serán las que tendrán prioridad para que la Misión Vivienda les tome en cuenta, nada le cuesta esperar a un propietario, manteniendo, como mal menor, a su familiar en su casa y así contribuir de manera temporal a evitarle el problema a otra familia.

Ahora bien si Ud. se tomó para sí, los calificativos de tarifados y panfletarios, es su problema, no me puede negar de que los hay en abundancia y los revolucionarios que tenemos el honor de ser aceptados como columnistas colaboradores, en algunos medios, tenemos el deber de confrontarlos y combatirlos.

Si le ofendí me disculpa, pero me atengo a la realidad que conozco, me quedo con ella, quédese usted con la suya.

yuviliz40@hotmail.com


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Saúl Molina Z.


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