El esfuerzo perverso que la derecha hace, el esmero que le ponen a través de los medios que manejan con globoterror a la cabeza, como bien sabemos, tiene como objetivo desprestigiar todo lo que consideran obra revolucionaria, que busca resolver los ingentes problemas de la gente en salud, vivienda, alimentación, educación etc., cuyos índices negativos dejados como herencia por quienes durante muchos años manejaron el país a su antojo aun se resisten, claro que en menor grado a revertirse porque este proceso ha puesto su énfasis en ello y a incorporar a los marginados de siempre por el capitalismo. Uno de los frentes creados con resultados inocultables, a pesar de todo lo que hace la derecha de aquí con apoyo foráneo de medios en el mundo que parecieran forman un cartel perverso para la desinformación, es el que tiene que ver con la salud y en él la formación de un nuevo médico el denominado médico integral comunitario, al cual desde hace mucho pero con énfasis en los últimos días con motivo de la nueva ley del ejercicio de la medicina, se ha pretendido colocar en minusvalía académica y científica con relación al medico tradicional, que como sabemos ha sido formado en el capitalismo más puro y por lo tanto desprovisto, con honrosas excepciones, de algo que debería ser inherente sine qua non a la condición de profesional de la medicina que es la sensibilidad social. Todos, o la mayoría de los venezolanos que hemos tenido que acudir a uno de estos médicos tradicionales ha vivido en carne propia esa carencia de sensibilidad, porque por encima de ella está lo que pareciera una urgencia por atesorar riqueza en el menor tiempo posible, un carro último modelo, una quinta en el mejor sector de las ciudad, vacaciones a los mejores sitios turísticos del mundo, estudios para su prole en los colegios más caros y cotizados, vestuario de marca etc., es decir una especie de ecosistema en el cual se desenvuelve y que lo ha atrapado y obligado a echar al cesto de la basura el juramento hipocrático, son los que no lo piensan dos veces para hacer huelgas y paros en los hospitales públicos, que no en las clínicas de lujo donde muchos de ellos trabajan y explotan, con las consecuencias para la salud de los pacientes pobres que son los que acuden a los centros de salud oficiales; como contrapeso a esta situación vergonzante, la revolución creó las condiciones académicas, científicas y de infraestructura para nuevo concepto de un medico que en su formación no solo conserve, sino que supere los parámetros de la medicina tradicional, sino que además, encima de formarse en el binomio teórico práctico, lo haga en contacto permanente con la gente aprendiendo haciendo y alimentándose de la sensibilidad que da el roce directo con el pueblo y sus necesidades y calamidades que le afectan en su salud. Esto es algo que no lo venden en botica, se aprehende de la forma en que por ejemplo el llamado Batallón 51de médicos integrales comunitarios, logró viviendo la tragedia de Haití, o por las inundaciones en Bolivia y porque durante su carrera se tuvo presente colocar en la escala de sus prioridades la sensibilidad social a la misma altura que la mera formación academicista. Por ello la nueva Ley así le dé urticaria a los llamados galenos tradicionales, no a todos afortunadamente, si sobre todo a los parásitos que fungen como dirigentes gremiales en las diferentes federaciones y colegios, viene a poner orden en este campo tan importante y coloca a estos nuevos profesionales con los mismos derechos de quienes egresen de las universidades, aun plegadas a los conceptos capitalistas alejados de todo lo que huela a desprendimiento, sensibilidad social, mística y entrega a las causas de los más pobres.
No han faltado, ya lo hemos visto, quienes a través de los medios que defienden lo indefendible, han salido a querer defenestrar las bondades de la nueva Ley y seguramente van a querer violarla colocando toda clase de obstáculos a su implementación; es allí donde se debe actuar con severidad, pero además como lo han dicho varios de los nuevos médicos, comprobar con hechos que entre ellos y los egresados de las universidades capitalistas, excluyentes no hay nada que los haga desmerecer su titulo, sino que por el contrario por las características de su formación, pueden más bien superarlos en no pocos aspectos, es algo que va a quedar demostrado como siempre en el corto y mediano plazo y que una vez más va dejar como redomados mentirosos a los medios opositores, a la MUD que los ocupan, a los gremios médicos y muy seguramente a los premajunches y al majunche que quede, que no podrá desligarse de la agenda de echarle la mayor boñiga a todo lo que el gobierno haga, como este hermoso programa de Medicina Integral Comunitaria que se ha convertido en la esperanza de los pobres de la Patria de Bolívar.
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