Ahora bien, ante el poder de la lógica del capital, se erige una lógica otra. Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, lo expresa en su libro La Potencia Plebeya. Adopta el concepto de Multitud aportado por Toni Negri, guardando distancia de las visiones dogmáticas. García Linera reconoce la potencia de esta nueva manera de mencionar a la clase alternativa al capital. Se trata de un texto que no tiene desperdicios a la hora de comprender el proceso Boliviano y la revolución continental bolivariana, desde un proletariado que se organiza en sujeto, “como potencia plebeya en acción”. Se trata de otro relato. “Hemos trabajado la idea de multitud, como bloque que organiza y despliega la acción colectiva, pues articula formas ancestrales, nuevas prácticas y estructuras organizativas autónomas de los estratos subalternos en torno a construcciones discursivas y simbólicas que dan cuenta de la existencia de una tendencia hegemónica distinta al capital; movimiento tendencial que tiene la característica de variar sus particularidades y diseminar su origen entre los distintos segmentos de las clases subalternas”, dice.
Es la resistencia material de los pueblos y la construcción de la acción colectiva, es la forma de expresión ante un modo de producción de la vida. Va más allá de la euforia inmediata; es un colectivo que expresa la diversidad y que sin embargo consigue la unificación en la entidad colectiva de la práctica, la decisión y la palabra. El poder de intervención de La Multitud tiene su expresión cotidiana en La Comuna.
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