Desde la invasión europea al continente americano, la clase dominante ha sabido utilizar para sus intereses los principios de independencia y autonomía transformándolos en desintegración y confrontación entre los pueblos.
La “Doctrina Monroe”, declarada en 1823 por James Monroe, dogma que proclamo, que EE.UU fue escogido por Dios para controlar al mundo, frenando el propósito de Europa de recolonizar a nuestro continente y otorgándoles la oportunidad para extender sus fronteras, asegurando así la condición hegemónica de Norteamérica en el continente americano.
Ni Francisco de Miranda con su propuesta de un “Plan de Gobierno para Hispanoamérica”, ni el Libertador con su convocatoria al “Congreso de Panamá” nunca se figuraron, que con la “Doctrina Monroe” los países de este continente, por querer emanciparse y tener autonomía, llegaran a ser invadidos militarmente por fuerzas “democráticas y de justicia” de EE.UU., ni vislumbraron que Latinoamérica fuese considerada como patio trasero, solo para el desarrollo y palanca de sus intereses económicos, política fascista que ha sido invariable hasta hoy. Tampoco se imaginaron que sus propuestas emancipadoras, motivaran la creación de la OEA, ente para “impulsar la paz e igualdad”, disfraz con el cual invaden, asesinan para someter y establecer dominios,
En el pasado, Venezuela guío una iniciativa libertaria para América latina, Miranda como precursor, Bolívar como cabecilla de la lucha contra el colonialismo español. Hoy, nuestro proceso bolivariano dirigido por el comandante Chávez y por un grupo de líderes independentistas de esta época, como lo son los presidentes de Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Argentina, emprenden un proceso y suman una propuesta más al conjunto de ideas libertarias realizadas desde América latina: El CELAC, creado con el fin de impulsar la integración y afianzar la cooperación, acción de unidad continental muy diferencia de la reunión para la barbarie efectuada en Suecia, la cual para garantizarle la hegemonía al imperio planifican sanciones contra Irán, acusado de utilizar energía nuclear con fines armamentistas, pese a que este país ha declarado reiteradas veces su derecho a usar esta tecnología para usos pacíficos, actuación que no se ha realizado con Israel, país sobre el cual han denunciado por diferentes medios de comunicación, que posee más de doscientas armas nucleares, y sobre tal información el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas nunca se ha pronunciado dejando establecido, su política de crueldad, agresión, confrontación, injerencia, opresión en contra de quienes no asumen sus artimañas de sujeción.
El CELAC, reitera nuestro compromiso bicentenario de los principios latinoamericanos por la PAZ, en contraposición del escenario de guerra que el imperio está preparando, el CELAC garantiza la concordia, la unidad entre los principios, las relaciones y los intereses de los países participantes, el entendimiento en base a la felicidad de los pueblos no de su utilización y destrucción.
El día que nuestros plenipotenciarios hagan el canje de sus poderes, se fijará en la historia diplomática de América una época inmortal. Cuando, después de cien siglos, la posteridad bus El día que nuestros plenipotenciarios hagan el canje de sus poderes, se fijará en la historia diplomática de América una época inmortal. Cuando, después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro derecho público, y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En él, encontrarán el plan de las primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones con el universo. ¿Qué será entonces el Istmo de Corinto comparado con el de Panamá?
Simón Bolívar