Todo empezó con una pequeña
nota en Internet. Siempre fui muy mal instruido por pésimos matemáticos,
así que no podré responder con la fuerza inexpugnable del
álgebra a este miembro exquisito de la Academia de las Ciencias, que
a pesar de la forma, a mi criterio injusta y mediocre, dirigió hacia
mi persona, en relación a mi artículo: “Palabras a Camila”
publicado en Kaosenlared, donde comparto el honor de ser miembro
del equipo redactor.
Este señor que escribe en
Kaos y que por jugar matemáticamente igual, no puedo poner su nombre,
de origen italiano y de setenta y cuatro años de edad, con una vida
realmente dedicada a las letras, de las que el mismo dice, puede vivir
económicamente, primera diferencia con mi persona, que ya escribió
cuatro libros y apenas ahora, parece, hay una Universidad de mi país
dispuesta a publicarlos.
No podré decir que soy
lector de sus notas, pocas de ellas me han llamado la atención, inclusive
la de la “Izquierda despistada” dedicada a criticarme, la
leí por el aviso de una buena amiga. Lo cierto es que el señor de
la bola de cristal arremetió no contra mi nota en esencia, sino por
mi subtítulo en el que llamo a Camila Vallejo: “Mi pequeña y querida
compañera”, para este tipo, pareciera que soy un gran delincuente
en los fueros del machismo por haberme referido de forma cariñosa,
o de la que aprendí a creer que era cariñosa, hacia mi amiga Camila,
tan chilena como yo, que nací en Santiago de Chile, a pesar de ser
venezolano. La verdad es que esperaba un análisis o crítica más profunda
o real sobre mi trabajo, pero al seguir leyendo el se sale de la nota
y sin citar de donde, poco científico para un matemático de la academia,
dice que en otra de mis notas yo decía que el “marxismo era una ciencia”
sentenciándome igualmente que con mis cariñosas palabras a Camila,
mas allá de esto, este escribe cuentos famoso, no se repara en explicar
ni su posición al respecto ni a profundizar en la que si dije y repito
acerca de que el marxismo es una ciencia.
Lo que más me continúa extrañando
es su capacidad de aferrarse a paradigmas, que no se quien ya dijo que
el marxismo era una seudo ciencia ya le basto para tirarme por la cloaca.
Para además acusarme de “Chavista” como si fuese otro gran pecado
en mi existencia. Pasa luego a llamarme su pequeño y querido solo poniendo
las iniciales y al final desarma usted mismo todo su escrito incluso
confesándose tan culpable como yo de ser un despistado. Le dejo su
parte, pero lo mío no es por despistado, es que así pienso y actúo,
gústele o no a quien me lee.
Ya esta segunda vez que me
ataca sin nombrarme, si que me deja mudo, la primera me puso a revisarme
la conciencia, entre aquellas discusiones de la estigmatización negativa
y positiva que estudié en el diplomado de atención a las personas
con discapacidad y tratar de entender si es que ahora el feminismo se
trata de no ser cariñosos con las damas y según lo que el dice, no
cederles el puesto, no sacarles las sillas en el restaurante, ni regalarles
flores. Menos mal que este caballero se fur bien lejos de Italia, desde
que era niño. Para mi, que creo en la igualdad de género, que trabajo
con los Tribunales de Violencia contra la Mujer, cosas que quien
me conoce sabe MPQF, las damas no dejan de ser damas por estar en igualdad
de condiciones, su belleza nunca podrá ser olvidada y la dulzura de
sus almas castigada a preceptos peores a los del machismo. Pregúntele
a ellas.
Lo del Marxismo como ciencia,
lo aclaré en varios de mis trabajos y si tuviese usted la valentía
y el trabajo de criticarme con sus concepto e ideas, yo entonces le
podré responder. Pues sucede que parece ser endémico en su personalidad
atacar a otros escritores y después decir que no tiene tiempo de explicar
o dar sus razones. Le cito para que vea que yo si soy científico, escribió
usted en carta a Koldo Castos, publicada en Rebelión:
“Con respecto a Galeano,
nos enfrentan, al parecer, dos valoraciones divergentes, una literaria
y otra política. Creo que se puede demostrar (en la medida en
que algo es demostrable en literatura) que Galeano es un escritor tan
mediocre y artificioso como Saramago; pero ni tengo tiempo de argumentarlo
ni me parece relevante.”(C.F.)
Claro que es para mi un gran
orgullo haber seguido en la lista de sus agresiones, yo si que considero
valioso a estos dos señores que usted llama mediocres y en verdad,
creo que es usted quien puede ser expuesto como representación de un
escritor mediocre, para lo que si me tomo el tiempo y los argumentos
para demostrarlos en esta nota.
Con los mismos valores de respeto por usted en sus notas, he respondido su despistada nota en la que me ataca, sin nombrarme, soy Raúl Bracho, para la próxima.
brachoraul@gmail.com