El periodista de El Nacional tituló la nota así: “La pobreza en un país que vive como rico: más del 70 por ciento de los venezolanos vive en condiciones de subalimentación, revela un estudio preparado para Cordiplan. Casi una cuarta parte de los venezolanos son analfabetos.”
Los pocos mayameros que por casualidad alcanzaron a leer esto se hicieron la vista gorda: “si lo leí no me acuerdo”, y continuaron consumiendo sin remordimiento alguno. Por otro lado, la burguesía parasitaria y especuladora se la pasaba comprando avionetas y yates, como lo hace ahora. Poco a poco fueron convirtieron sus privilegios en derechos, que aún defienden con odio por Globovisión. Eran tiempos de la “Venezuela Saudita” durante el primer mandato de Carlos Andrés Pérez.
Hasta que se descubrió la gran mentira de la Venezuela Saudita. Dicho estudio permitió levantar un “Mapa de la pobreza” que lógicamente fue engavetado por el Consejo de Ministros, y que dio origen al libro La Miseria en Venezuela, de Michel Chossudovsky, editado en 1977. [2]
En aquella época, Michel Chossudovsky le pidió a Hector Silva Michelena que escribiera una pequeña presentación del libro, y así lo hizo. Al final de la presentación se puede leer:
“…este Informe no puede ver la luz pública, porque es como mostrar las propias lacras al desnudo, y porque es una molesta cuña en el mecanismo de creación y reproducción de falsa conciencia en nuestro pueblo.” [3]
Venezuela jamás había disfrutado de tanta abundancia de recursos líquidos como lo hizo en 1975. Venezuela era el país más rico de América Latina, con el más alto ingreso per cápita. Sin embargo, las conclusiones sobre nutrición demostraron que más del 70 por ciento de la población estaba subalimentada y el 55 por ciento de los niños venezolanos sufrían desnutrición, aún cuando la disponibilidad promedio de nutrientes en Venezuela era suficiente como para alimentar adecuadamente a la población. Es decir, mientras el 70 por ciento de los venezolanos estaba subalimentado, un grupo minoritario estaba sobrealimentado. Y con relación a la pobreza educacional se observó que el 23 por ciento y el 42 por ciento de la población eran, respectivamente, analfabetos y analfabetos funcionales.
Esta verdad era considerada por la burguesía y la clase política de entonces, como subversiva, y debía evitarse su amplia difusión, puesto que no tenían intenciones de cambiar la estrategia política del gobierno. Estrategia que consistía en asignar recursos financieros de acuerdo con las preferencias e intereses de las distintas facciones de la clase dominante. De hecho, varios ministros claves del gabinete económico eran representantes de grupos industriales y financieros.
Finalmente el Consejo de Ministros, como ya dijimos, acordó engavetar el proyecto. No quedaba otra.
[1] “La pobreza en un país que vive como rico”, El Nacional, 7 de agosto de 1976, pág. D/5, y 8 de agosto de 1976, pág. D/4.
[2] http://www.aporrea.org/actualidad/n99162.html
[3] La miseria en Venezuela: Mapa de la pobreza en Venezuela, Michel Chossudovsky. Editado por Vadell Hermanos Editores. Valencia, 1977.
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