La "clase media" nunca imaginó que FEDECÁMARAS la traicionaría

Hago esta reflexión porque a través de las redes sociales no cesan los ataques de la llamada clase media hacia Fedecámaras. ¡Traidores y colaboracionistas! —les gritan. Al vocero de Fedecámaras, Jorge Roig, le dan hasta con el tobo.

Digo la llamada clase media, porque en realidad no es una clase social ni está en el medio entre la burguesía y los trabajadores manuales. Más bien hablemos de los trabajadores que se encuentran en el estrato económico medio entre los asalariados, tan cerca de los obreros y tan lejos de la burguesía. De hecho, hoy un plomero gana más dinero que un profesor o profesora universitaria, mientras los empresarios están acumulando más capital viviendo del trabajo ajeno.

Estas venezolanas y venezolanos asalariados, en su mayoría graduados universitarios, nunca imaginaron que sus jefes y empresarios quienes en tiempos de Chávez les pedían marchar para derrocarlo, o asesinarlo, ahora inviten a la Vicepresidenta de la República a las asambleas anuales de la patronal con satisfacción y gozo. Invitación que Delcy aprovecha para invitarlos a invertir en el sector petrolero, gasífero y petroquímico, porque es "un súper buen negocio". Qué raro, ya no son golpistas.

Nada más ver el rostro de enamorado del Presidente de Fedecámaras, Adán Celis, cuando escucha las palabras de Delcy Rodríguez, para que alguien con poco entendimiento en el tema económico constate lo que digo. Y de parte de la Vicepresidenta el regocijo no es menor. Ayer en el encuentro con los empresarios en el Táchira, durante la 80 Asamblea Anual de este gremio, declaró que si bien Fedecámaras no es su casa, igual "me siento en casa" —expresó, al tal punto que se permitió darle la bienvenida al evento a su panita Luigi Pisella, presidente de Conindustria. ¿Qué tal? Como pez en el agua, pues.

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Es triste pero es la realidad. Los profesionales asalariados cuando marchaban para derrocar a Chávez, les hicieron creer que luchaban por los mismos intereses que los capitalistas. Y si alguien trataba de explicarles lo contrario, lo llamaban envidioso, fracasado, perdedor, o que no tenía aspiraciones.

Claro, la burguesía sabe lo que hace. En la sociedad burguesa los estudios universitarios no están orientados al conocimiento holístico sino a los saberes fragmentados. Ellos no son pendejos para mostrarnos la totalidad del sistema capitalista. De hecho en ninguna carrera técnica vamos a encontrar una materia electiva que permita al alumno descubrir quién produce la riqueza. Y si estudias una carrera en humanidades o en ciencias sociales y económicas, tienes que tener la suerte de tropezarte con un profesor o profesora que venga de una corriente de pensamiento liberador, y no te caiga a embustes. Y esos están contados con los dedos de la mano.

El propósito de los pensa de estudios especializados, y un posterior empleo especializado, además de que favorece la producción en serie, y por tanto la acumulación de capital, es que un ingeniero o ingeniera, por ejemplo, se dedique por entero a elaborar planos todo el día, sin que tenga la menor idea que está siendo explotada, bien sea de manera material o bien de modo ideológico a favor de los intereses de su patrón. De hecho, los ves defendiendo al patrón en contra de sus compañeros de trabajo quienes tienen la osadía de defender los derechos laborales. Los despiden y no los emplean más nunca para no rayarse con el patrón.

Patrón que ahora les da la espalda y deroga de facto la ley del trabajo de Chávez en confabulación con el gobierno de Maduro. Hasta el burgués Horacio Velutini, presidente de la bolsa de valores de Caracas, se le volteó a la llamada clase media cuando recientemente declaró que Maduro, a diferencia de la oposición, sí ofrece estabilidad económica. Por supuesto, una estabilidad económica para sus bolsillos, y una paz esclavista gracias a la represión de las protestas.

No obstante el desengaño que sufrieron con Fedecámaras, parece que no aprendieron. Ahora esta llamada clase media tiene todas las esperanzas sembradas en la oligarca María Corina Machado Parisca Zuloaga, panita del expresidente de este infame gremio, Pedro Carmona Estanga. Creen ciegamente que si ella llega a tomar el poder político, le va a sacar el culo a Fedecámaras y va a gobernar para los asalariados. Los va a apoyar para que asciendan en la escala social, y se puedan finalmente alejar de la clase obrera que Chávez levantó durante el pago de la deuda social, y que tanto odio generó en quienes marchaban a favor de Fedecámaras. Por supuesto, sin razón alguna, porque Chávez también levantó a esta mal llamada clase media que había sido arruinada durante la IV República, pero que después con Chávez en Miraflores, no soportaban sentarse al lado de una familia de piel oscura en un restaurante del este de Caracas.



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Fernando Saldivia Najul

Lector de la realidad social y defensor de la sociedad sin clases y sin fronteras.

 fernandosaldivia@gmail.com

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