Populismo. Se trata de un concepto político que permite nombrar a los movimientos que rechazan a los partidos políticos tradicionales y que se muestran, ya sea en la práctica efectiva o en los discursos, combativos frente a las clases dominantes. El populismo apela al pueblo para construir su poder; entendiendo al pueblo, como las clases sociales bajas y sin privilegios económicos o políticos. Suele basar su estructura en la denuncia constante de los males que encarnan las clases privilegiadas, las élites. Los líderes populistas, por lo tanto, se presentan como redentores de los humildes. Los sistemas populistas pueden ser personales o totalitarios. El sistema populista personal puede durar más o menos tiempo (Perón 10 años, Nasser 15, Velasco Alvarado 7, Getulio Vargas 15, Nehru 17, Saddam Hussein 27, Sukarno 20. En su variedad totalitaria, Mussolini 21 años y Hitler 12. Los sistemas de partido dominante, donde gobernantes más profesionales suceden al líder populista, pueden durar mucho, caso México 61 años. Cuando la noción de populismo se utiliza de manera positiva, se califica a estos movimientos, como propuestas que buscan construir el poder a partir de la participación popular y de la inclusión social.
Revolución. Es el cambio o transformación radical y profunda respecto al pasado inmediato. Se establece la revolución como una idea cambiante debido a lo que las circunstancias ameriten en el momento, éstas pueden ser tales como económicos, culturales, religiosos, políticos, sociales, militares. Los cambios revolucionarios, además de radicales y profundos, han de percibirse como súbitos y violentos; una ruptura del orden establecido o una discontinuidad evidente con el estado anterior de las cosas que afecte de forma contundente a las estructuras, por eso algunas veces tienen que ser violentos para producir algún efecto. Una revolución no tendría sentido sino tuviese una utopía o un plan establecido para el futuro, luego de conseguir la ruptura de la estructura anterior; si no es así, debería hablarse mejor de una evolución, de una transición o de una crisis. Si lo que falta es su carácter trascendental, debería hablarse mejor de una revuelta. Las revoluciones son consecuencia de procesos históricos y de construcciones colectivas; por tanto, para que una revolución exista, es necesario que haya una razón para la nueva alianza de intereses comunes o utopía, frente a una vieja unión de estos. La revolución siempre se efectúa con el propósito de combatir una injusticia y como existen diferentes injusticias también existen diferentes tipos de revoluciones.
Socialismo. Desde que nació ha servido a muchos para calificar determinadas situaciones de orden político social y económico que incumben a la sociedad y las relaciones de ésta con su entorno o con el medio ambiente inclusive. Todos le han prestado atención e incluso lo utilizaron para justificar sus proyectos políticos. Hitler lo usó y terminó llamando su movimiento político “Nacional Socialista”, descrito perfectamente en su obra literaria, “Mi Lucha”. Los ‘fascio di combattimento” de Mussolini en Italia; las huestes de Primo De Rivera en España o los seguidores del Régimen Corporativista de Oliveira Salazar en Portugal, abrazaron dichos preceptos como una vía para contener el comunismo. Karl Marx en su obra nos habla también de la existencia de varios tipos de socialismos. Destaca que hay un socialismo burgués; que existe otro también nacido desde la pequeña burguesía, Que incluso hay un socialismo feudal. En fin, que a la luz de sus estudios de la Europa de su época (y nosotros incluso en la actualidad no escapamos a ello), surgieron varios conceptos en torno a la idea de socialismo. Los estudiosos de la cristiandad nos señalan que con el nacimiento del cristianismo existió un modo de vida socialista, de manera que terminaron calificando a los cristianos que vivían y se escondía en las catacumbas, como “socialistas primitivos”. Más recientemente a finales del siglo IXX y después en el XX, se habló de socialismo utópico y con los aportes invaluables de Karl Marx, Federico Ángel, Lenín y otros, se discutió entonces de socialismo científico. Como podemos observar, Los fascistas; los falangistas; la derecha y la “izquierda”, el feudalismo en su momento, la burguesía, la pequeña burguesía (hoy clase media), y el proletariado han hablado del socialismo. Unos por razones de convicción; otros, para darle una fachada a su propuesta y continuar engañando a la gente, terceros para soportar sus propias tesis político filosóficas y más recientemente quienes comenzaron a utilizarlo para darle rostro “bondadoso” al capitalismo y así no develar las contradicciones existentes en términos de explotación y lucha de clases.
Capitalismo. Para definirlo es necesario precisar sus principios básicos, ya que no existe un consenso sobre su enunciación. Generalmente, el capitalismo se considera un sistema económico en el cual la propiedad privada de los medios de producción desempeña un papel fundamental. Este es el primero de sus principios básicos. Se incluyen también dentro de éstos, la libertad de empresa y de elección, el interés individual como motivación dominante; la competencia, la importancia del sistema de precios o de mercado y un reducido papel del Estado. Es un sistema político, social y económico en el que grandes empresas y unas pocas personas acaudaladas controlan la propiedad de los medios de producción, incluyendo los activos capitales (terrenos, fábricas, dinero, acciones de la bolsa, bonos). Se diferencia del sistema económico anterior, el feudalismo, por la compra del trabajo a cambio de un salario, y ya no por la mano de obra directa que se obtenía por concepto de costumbre, tarea u obligación (cercana a la esclavitud) en el feudalismo. También se distingue del socialismo en que en éste último, predomina la propiedad social de los elementos de producción.
Comunismo. Es aquel estado social en el cual no existe ni la propiedad privada de los medios de producción, ni el Estado y menos aun, las clases sociales. En él, un grupo humano no explota a otro, ni lo hacen entre sí. Se le entiende también, como la doctrina que aboga por el establecimiento de social de equidad donde se asevera, que éste será, inevitablemente, el estado de vida del futuro. La idea del comunismo es muy abstracta y tiene una gran gama de interpretaciones (tanto teóricas como prácticas), en cuestiones políticas, históricas y económicas. Entendido como organización social y económica, es una asociación basada en la comunidad de los medios sociales de producción y los bienes que con ellos se producen, mediante la participación directa de sus miembros en un ámbito de vida colectiva. A diferencia de lo que acontece en el socialismo, el comunismo implica el fin de la división social del trabajo y del dinero. Así mismo, entendido como movimiento socio-político, sería un conjunto de corrientes y agrupaciones cuyo principal objetivo histórico es la supresión revolucionaria de la sociedad de explotados (propio de la sociedad capitalista), en tanto última forma de sociedad con clases. Las doctrinas de las diversas corrientes comunistas coinciden en la necesidad de suprimir la propiedad privada de los medios de producción y en la emancipación del proletariado en tanto primera clase oprimida sin economía propia; negación de toda posible apropiación privada y por ende tendente a desaparecer como clase en una comunidad comunista.
Clases Sociales. Es una forma de estratificación social en la cual un grupo de individuos comparten una característica común que los vincula socio-económicamente, sea por su función productiva o "social", poder adquisitivo o "económico" o por la posición dentro del aparato burocrático en una organización destinada a tales fines. Estos vínculos pueden generar o ser generados por intereses u objetivos que se consideren comunes y que refuercen la solidaridad interpersonal. La formación de un sistema de clases depende del hecho de que sus funciones sociales sean, independientemente de la existencia de una vinculación orgánica, mutuamente dependientes a un marco social mayor. La sociedad de clases constituye una división jerárquica basada principalmente en las diferencias de ingresos, riquezas y acceso a los recursos materiales. La clase social a la que pertenece un individuo determina oportunidades de vida en aspectos que no se limitan a la situación económica en sí misma, también las maneras de comportarse, los gustos, el lenguaje, las opiniones e incluso las creencias éticas y religiosas suelen corresponderse a las del estatus social o (posición social), a la que pertenece el individuo de la clase social de que se trate.
Lucha de clases. Refiere al sempiterno conflicto entre las dos clases sociales existentes independientemente del momento histórico de que se trate; es la reyerta entre los que producen –los explotados- y los explotados; entre los que sin trabajar se adueñan de la producción y la plusvalía y excluyen a los que trabajan. Es el combate decimonónica entre explotadores y explotados; históricamente, entre amos y esclavos, patricios y plebeyos, terratenientes y campesinos, burgueses y proletarios, ricos y pobres, entre depredadores y presa; donde unos luchan por la liberación y la vida en tanto que los otros, por la dominación y la opresión. En el marco de lo anterior y a la luz de la historia reciente, emergen tanto la lumpen burguesía como el lumpen proletariado; siendo éstos últimos, producto pasivo de la putrefacción de los sectores más atrasados de la sociedad en sus respectivas clases, donde terminan conspiran ambos, contra todo movimiento revolucionario que tenga como objetivo final, la emancipación y redención del pueblo; por tanto, terminan vendiéndose al mejor postor y a las fuerzas sociales y políticas (externas e internas), reaccionarias que procuran a todo evento, frenar los procesos de cambio y de aplicación de nuevos paradigmas que pongan en tela de juicio su poder omnímodo.
(*) Politólogo e Internacionalista venezolano
Magíster en Seguridad y Defensa