Otra elemento
que estará presente en este festín electoral 2012 más allá de los
nuevos paradigmas de la ciencia (que niegan la existencia de la objetividad,
y más bien hablan de las “subjetividades validadas”, en especial
en las Ciencias Sociales, por lo que atribuirse dueño de la verdad
termina siendo arrogante), es la verdad como designio divino, recurso
retórico útil para hacer política, de esto veremos mucho durante
estos últimos diez meses de precampaña y campaña presidencial.
Sin embargo,
será imprescindible para el avance del proyecto político que
lidera el Presidente Chávez, comprender y hacer cada día más práctica
de la crítica, autocrítica y la “crítica propositiva” para avanzar,
si esto no se logra, a pesar de la contradicción con el libre mercado
electoral, estaríamos reproducción un modelo “socialdemócrata”
contrarrevolucionario y estaríamos sirviendo el escenario para la instauración
definitiva de un Capitalismo de Estado que destruiría cualquier esperanza
de avanzar en un socialismo bolivariano que promueva un Estado Comunal.
Por ello, más
que la crítica, siempre necesaria, y que la autocrítica: ejercicio
muy complejo que requiere un estado de conciencia superior, la que he
denominado “crítica propositiva” es una práctica elevada de estado
de conciencia que permite revisar y rectificar la coherencia entre el
discurso y la acción, a través de propuestas concretas y primordialmente
viables.
Para el año
2012 son varios los aspectos de la vida pública nacional que deberán
ser objeto de la “crítica propositiva” y pretendo enumerar algunas
para generan un sano debate de estas ideas:
- El esquema de producción petrolera, la propiedad social de PDVSA y el rentismo heredado y mantenido por nuestro gobierno bolivariano después de casi 13 años.
- El esquema de consumo estimulado por el Estado revolucionario, que pareciera confundir al “buen vivir” del socialismo con la “calidad de vida” del capitalismo.
- La falta de planificación para el establecimiento de nuevas formas en las relaciones sociales de producción.
- El estancamiento de la real participación protagónica, que reproduce un grave error cometido por Lenin ante los soviets, superponiendo al Estado y al partido de gobierno sobre el Poder Popular, por la subestimación del pueblo ante su capacidad de autodeterminación.
- La política económica venezolana, que obstaculiza la iniciativa nacional (tanto de PYMES como de EPS) y el intercambio internacional, privilegiando las importaciones con un fin noble pero nada productivo, que beneficia a una nueva clase social sin un impacto favorable al desarrollo del país.
- El privilegio del esquema de propiedad del Estado, sin avanzar a la transferencia de propiedad social, estimulando la corrupción, la ineficiencia e ineficacia burocrática.
- La relación de liderazgo vertical y escasez de nuevos liderazgos formados para tal fin, cosa que después de casi 13 años es una deuda histórica imperdonable, que condena al proceso a un alto enroque de las mismas figuras, sin permitir la oxigenación de los cuadros de mando revolucionario, y por ende, no sólo un desgaste, sino, una amplia frustración en los cuadros medios que no ven la posibilidad real de avanzar con propuestas revolucionarias novedosas.
- La designación a dedo de los liderazgos locales, sin respeto ni estímulo permanente a los liderazgos emergentes.
- La reproducción de un modelo contrarrevolucionario y nada socialista en los esquemas de difusión y propaganda del gobierno y el Estado, enalteciendo el personalismo y estimulando la dependencia.
- La ausencia de una política que permita la transformación real del Estado, en un Estado revolucionario y socialista. Pretendiendo desarrollar una revolución sobre el mismo Estado burgués y paquidérmico.
El abordaje
de estos 10 aspectos sensibles para la revolución bolivariana y socialista,
de manera crítica y comprometida, garantizaría, más allá de las
elecciones, pero de la mano de ellas (ya que es el mecanismo que hemos
decidido para la viabilización del proyecto), el cumplimiento de los
objetivos de la Constitución Bolivariana, el Primer Plan Socialista
(PPS) 2007-2013 y el próximo PPS, con el apoyo popular necesario para
ratificar la voluntad de avanzar este 7 de octubre de 2012.
@NicmerEvans