El PSUV, en el artículo 4 de sus disposiciones fundamentales al establecer los Principios Organizativos dice: “El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como partido revolucionario, representa los intereses del proletariado urbano y rural, del campesinado y los demás sectores sociales explotados, debe organizarse y funcionar conforme a los principios de la democracia socialista a saber:”
“…el control del cumplimiento de las decisiones del partido de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba; el carácter electivo de todos los órganos de dirección y el principio de dirección colectiva (responsabilidades individuales y colectivas), fundamentados todos en la disciplina consciente en base a la línea política, al programa y los estatutos que rigen la vida del partido.”
…“Ejercicio constante de la crítica y la autocrítica, ante los propios errores y los de los otros u otras, con un estilo correcto dirigido a la superación de los errores.”
En las últimas elecciones para la designación de las direcciones regionales y locales, para sorpresa de muchos, y a pesar de estar estatuido en el “Libro Rojo” del PSUV, el método de selección de los militantes que pasarían a ser los nuevos directores del partido fue la cooptación.
Esto ha traído mucha polémica a lo interno del PSUV, entre otras cosas, por que el hecho de que los directivos se escojan entre ellos, con alguna participación opinática indirecta de los militantes, que en pocos casos tuvo alguna incidencia, reprodujo un viejo vicio romano, eclesiástico, pretoriano, y hasta monárquico de selección de sucesores o herederos (primus inter pares).
El artículo 5 de los fundamentos del PSUV afirma que: “Para la toma de decisiones y elecciones internas el partido podrá utilizar diversos métodos: elección directa, universal y secreta; cooptación, elecciones de primero, segundo o tercer grado; opinión y consenso, los cuales se determinaran por las diversas instancias de dirección de acuerdo a las condiciones políticas.”
En este sentido, la subordinación a las condiciones política para la selección del método es muy clara, sin embargo, lo que no es claro es quién o bajo qué criterios se establecen esas condiciones, abriendo una amplia brecha de discrecionalidad poco conveniente para la democracia socialista mencionada al principio.
El PSUV es un partido y todo partido es representativo, aún cuando establezca principios de democracia participativa y protagónica, su objetivo final será representar.
La realpolitik nos conduce a pensar que los métodos para la elección de los candidatos a Concejales, Alcaldes y Gobernadores serán combinados, y pasarán desde “el dedo del líder” hasta “las elecciones por la base”, estableciendo como parámetro lo estratégico de la decisión.
Las circunstancia política actual conducirá a establecer métodos intermedios de consulta con las bases, elecciones en asambleas de patrulleros, etc., pero lo que si está claro es que la tesis de las elecciones directas 100% por la base del partido no se aplicarán por una causa aparente y otra de fondo. La aparente: el tiempo para su desarrollo, la de fondo: las consecuencias que esto podría traer producto de las fisuras o desencuentros que podría generar a lo interno del proceso. Sin embargo no creo que estas razones justifiquen el desmontaje circunstancial de la frase que el mismo Chávez acuñó hace dos años: “me resteo con las bases”.
La desconfianza permanente de algunos dirigentes del PSUV de las decisiones de las bases del partido, atribuyéndole los resultados de septiembre del 2010 a la elección que la base hizo de sus candidatos a la Asamblea Nacional, pretende salvar su propia responsabilidad, y con ello muchas veces aplastar al mismo partido. Si los candidatos de la AN no hubiesen sido escogidos por la base del PSUV el resultado hubiese sido fatal, y a pesar de que las elecciones por la base también tiene sus vicios (imposición de maquinarias) jamás serán peores que la de una imposición por amiguismo, compadrazgo, etc.
La aplicación de diversos métodos será la solución salomónica, pero estoy seguro que no va a satisfacer las verdaderas expectativas de las bases del partido expresadas por el mismo Presidente y que además está consagrado constitucionalmente como un deber, a pesar de las interpretaciones que se le quiera dar: “Artículo 67. Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de asociarse con fines políticos, mediante métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección. Sus organismos de dirección y sus candidatos o candidatas a cargos de elección popular serán seleccionados o seleccionadas en elecciones internas con la participación de sus integrantes.” En pocas palabras “me resteo con las bases”.
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@NicmerEvans