Que “habrá sorpresas esta semana”, anuncia una de las partes de un matrimonio, roto tiempo ha, ahora en plena reconciliación, que por varios años conocimos de los dos sifrinos, que se han hecho la ilusión de que algún día pueden gobernar este país; como si fuese sorpresa que “los burros se busquen para rascarse”.
Ese anuncio inicia una nueva etapa de la historieta que este dúo dinámico, cual batman y robin, pero sin intenciones altruistas, reconstruyen estos dos convictos y confesos delincuentes, amnistiados, en mala hora, pero delincuentes al fin, que escribieron en un capitulo aciago de nuestra historia republicana, con letras de sangre, intentos de linchamiento y actos fascistas, cuando en abril del 2002, contribuyeron activamente al derrocamiento fugaz del gobierno más legítimo que existe sobre la tierra.
El que hayan de nuevo constituido esa especie de adulterio, uniendo los restos de quienes ya son seres prácticamente irescatables, y por ello hasta conveniente que se queden donde están, no es ninguna sorpresa, como no fue sorpresa el mamotreto, “esa cosa”, como la llamó Earle Herrera, que como para salir del paso, presentaron, en sólo 33 páginas, para decir lo que ya sabemos harían, en el supuesto negado de que cualquiera de ellos o de sus similares, no por lucir la condición de precandidatos, sino por sus prontuarios, en el supuesto negado de que por un aborto de la naturaleza que idiotizara a más de diez millones, llegaran a gobernar este país.
No podían hacer más de lo que hicieron, una show mediático, en el que de nuevo pusieron la torta al dejar en evidencia lo que no es un secreto y es que la llamada unidad, no es tal, pues se les notó la costura al negarse, uno a firmar y otro al hacerlo con reservas, y a través de una foto en la que solo tres de ellos unieron sus manos en alto, fue inocultable lo que allí sucedió, solo había que verle la cara a un Ismael García, a un Andrés Velásquez y en general a la mayoría de los asistentes a una especie de programa luctuoso de televisión, seguramente con el sello de Ars Publicidad, de esos que ya no convencen a un pueblo que ha dado pasos gigantescos con la Revolución, en su capacidad de discernir y de no dejarse meter gato por liebre.
Fue lo que vimos, el principio del fin, como quien dice la última estocada y más plomo en el ala de una candidatura que va a ser más simbólica que otra cosa, pues no tiene nada que ofrecer, que no sea volver al pasado aciago interrumpido en 1998, para dar paso al verdadero poder del pueblo pues lo que pudiese ofrecer , está ya logrado o en vías ciertas de lograrlo, ya que la Revolución, a pesar de los tropiezos, los sabotajes y los terribles momentos que ha tenido que padecer, no ha descuidado frente alguno en su accionar por lograr la mayor felicidad de la gente, sobre todo la más necesitada, la más excluida, la más sufrida, precisamente por culpa de quienes pretenden regresar a entregar la Patria con sus recursos a sus antiguos dueños.
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