Las siguientes, son dos notas enviadas a un amigo de la revista digital mexicana Apicalternativa.Com, para la cual escribo, redactadas mientras el presidente Chávez hacía, no su oración fúnebre, porque como él mismo dijo, “no tuvimos tiempo de despedirnos, aunque no hay motivos para despedidas”. El contenido de ellas, por los azarosos acontecimientos, el estado emocional, fue breve, escueto, pero fue un intento espontáneo de expresar lo mejor que pude el sentimiento y la opinión que albergo sobre el compañero que se fue, pero habiendo contribuido a abrir caminos, porque como dijese Machado, “no hay caminos, se hace camino al andar”, sobre todo en esta dificultosa tarea de construir el socialismo, en un mundo donde nadie sabe a ciencia cierta cómo, si parodiamos un poco a Fidel Castro.
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1° Frank, sé que lo sabes. Estamos inmensamente tristes, por ahora, porque ha muerto, muy joven aún, un venezolano de envergadura. Un brillante abogado al servicio de la revolución, militante de la misma casi desde niño, un incansable. Sus conocimientos del derecho, no de los vericuetos y pragmatismos que llevan a la trácala, sino propios del intelectual de alto vuelo, le hubieran permitido formar parte de cualquiera de los bufetes de abogados más costosos y rentables del mundo que sirven al capital. Pero él prefirió sumarse a la legión de soñadores; fue un poeta de esos que viven enlazando las estrellas y pensando en cosas “triviales”, como la felicidad de la gente toda y con niños que jueguen, rían incansablemente; fue todo un revolucionario. Venezuela, nuestro proceso, han recibido un duro golpe. Pero la adversidad que su muerte significa servirá para alentar en la profundidad, velocidad y por encima de todo, en la certeza y justicia de los cambios.
2° El presidente Chávez, hace pocos minutos, en el salón elíptico de la Asamblea Nacional, acaba de pronunciar un brillante y emotivo discurso de despedida, a quien fuese el procurador General de la república al momento de su deceso, ex constituyentista y en tal función, fue en gran medida, participante fundamental en la redacción del proyecto que los venezolanos nos dimos como Constitución Nacional, para refundar la República, en uno de los acontecimientos más democráticos en la historia del continente.
Brillante parlamentario que unió a sus profundos conocimientos del derecho, adquiridos en la universidad venezolana, donde destacó como estudiante y catedrático, su talento para la política y la inteligencia para hacer la propuesta concreta acertada que hiciese avanzar al proceso revolucionario.
En los espacios de la Asamblea Nacional, mientras se le rinde guardia de honor, la cual comenzó con sus familiares más cercanos, de vez en cuando, se deja escuchar la voz del inmortal cantor o trovador venezolano Alí Primera: sobre todo en aquella canción titulada “Canción en Dolor Mayor” que dice:
“A quienes mueren por la vida,
no pueden llamarse muertos.”