El comandante en cuestión, un flaco y largo mestizo no solo asumió la responsabilidad de la asonada sino dijo su nombre

El 4F, Chávez se levantó, cayó y al final venció

UNO

Supe lo que se avecinaba el 4 de febrero pero no le presté atención por haber perdido la fe en la política y en sus políticos. Fue Henry Luna ex militante del Movimiento al Socialismo quien me habló, antes de fallecer, sobre un grupo de militares que se estaban reuniendo porque estaban muy descontentos con todo lo que estaba pasando con el país. Militares patriotas los llamó y yo le demostré mi incredulidad – dentro de cada uniforme militar se esconde un fascista, un gorila. Lo menos que le sale a este país es un Pinochet. Bastantes vainas hemos llevado para que me vengas con ese cuento chino. –Le dije -- Donde quiera que te encuentres entrañable camarada un buen recuerdo para ti. Como lamento no haber ido a Barinas cuando me invitaste.

DOS

Sobre lo que se preparaba para esa fecha, un amigo psiquiatra de profesión vino a mi casa a traerme dos noticias. La primera fue que le diagnosticaron un tumor cancerígeno muy avanzado y la segunda dicha con mucho misterio -- Por allí viene una vaina muy buena, un grupo de militares revolucionarios están preparando una coñazo, pronto te aviso si te puedo informar mejor. Hay gente de izquierda metidos en la vaina --. No relacioné las dos informaciones y sólo pensé que mi dos amigos revolucionarios estaban divagando o desesperados porque no se encontraba salida a la situación del país. A pesar de los problemas y el desastre que estabamos viviendo, el pacto de Puntofijo marchaba en viento en popa. El “Caracazo” ya comenzaba a formar parte del olvido y los partidos políticos de izquierda estaban asimilados al sistema, sólo se ocupaban de infiltrar la administración pública y buscaban su parte en el botín. Después de tantos años de militancia en la izquierda decidí mantenerme como un revolucionario independiente y dedicarme a mi actividad creativa como artista plástico.

TRES

Fue el día 4 de febrero en la madrugada cuando me enteré del golpe mientras preparaba unos cuadros para un salón de pintura y mi compañera de vida me alertó sobre lo que estaba sucediendo. El gobierno de CAP comenzó a ocultar la información sobre la rebelión militar. –Me dije para mis adentros – “Coño, esta podrida y chucuta democracia si tiene suerte. Se salvó del “Caracazo” y ahora de un golpe militar”.

CUATRO

El propio día 4 cerca del mediodía de pronto aparece en las pantallas de televisión un militar dando unas declaraciones. Se trataba del jefe de la insurrección llamando a sus compañeros a entregar las armas. “Todo está perdido y no vale la pena sacrificar más vidas”. De sus declaraciones dos palabras llamaron la atención. Fue el “Por Ahora” que retumbaría en todo el territorio. Al fin “el todos somos culpables” se convertiría en “yo soy el responsable”. El comandante en cuestión, un flaco y largo mestizo no solo asumió la responsabilidad de la asonada sino dijo su nombre “Les habla el comandante Chávez”. En un país donde sus gobernantes y dirigentes políticos jamás reconocían sus errores y sus mentiras, las palabras de este militar trajeron por fin una verdad y un mea culpa. Alguien al fin reconocía su responsabilidad en algo.

CINCO

Todavía hay unas cuantas personas que se dicen revolucionarias que discuten si los sucesos del 4 de Febrero fue un golpe fallido contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez o un alzamiento militar. Estos parecen coincidir con la derecha oposicionista y golpista que habla de “un golpe sangriento contra la democracia”. Para mi, fue una rebelión por el rescate de la dignidad de un pueblo, contra el estado de cosas que dominaban en el país. Fue el primer paso hacia la liberación de una Patria que merecía mejor destino. Han pasado 20 años y los logros de una revolución están a la vista a pesar de los ciegos, sordos y mudos de la oligarquía y sus lacayos que intentan desestabilizar la revolución bolivariana y socialista. Golpe o rebelión, el pueblo venezolano lo ha asumido como un hecho histórico que nos trajo la Venezuela de hoy. Inclusión, igualdad, equidad, solidaridad, desprendimiento, participación, protagonismo a través del poder popular etc., junto a los grandes logros en educación, salud, economía, vivienda, infraestructuras y todas aquellas misiones que siguen creciendo como crece el apoyo de un pueblo hacia su comandante. El 4 de febrero comenzó el ejército a recuperar al pueblo y a lograr lo que siempre fue un anhelo de nuestro Libertador “La alianza cívico militar” que tanto combaten los enemigos del proceso. Allí comenzó el complemento que nos faltaba, la de “ser una revolución armada”

No hay vuelta atrás y no volverán los apátridas a gobernar.

fernándezlunardi@Gmail.com



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Antonio Fernández Lunardi


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