La Batalla de Santa Inés

En este combate se utilizó la táctica de aparentar que se huía del enemigo en pleno fragor del combate para que éste lo persiguiera y un poco más adelante ser atacado por mayor número de soldados, y así irlo llevando a un lugar en donde lo esperaría una fuerza mucho mayor. Esta ingeniosa maniobra, inédita para la época, fue preparada por un guerrillero venezolano, que llegó a general por sus servicios en los campos de batallas.

La Batalla de Santa Inés ocurrida en Santa Inés, estado Barinas, tuvo lugar el 10 de diciembre de 1859, ella representa una de las acciones militares más importantes de la Guerra Federal al mando del general Ezequiel Zamora, nacido el 01 de febrero de 1817 y muerto el 10 de enero de 1860. En esta batalla se usó el ardid de atraer al atacante hacia un área conocida, donde sorpresivamente seria atacado con la intención de causarle el mayor daño posible, para luego aparentar huir nuevamente; tal estrategia es conocida ahora como “Acción Retardatriz”. He aquí como se preparó aquella acción. Las fuerzas federales anticipadamente habían llegado hasta la margen derecha del río Santo Domingo, allí se reúnen y para el día 9 de diciembre ya se hallaban organizados en tres líneas de combate, sumadas a una avanzada y una reserva. La avanzada de las tropas del general Zamora fue puesta a las órdenes de los coroneles León y Jesús Hernández, en el caserío La Palma, un poco más atrás estaba la primera línea dirigida por el general Ignacio Antonio Ortiz, 900 metros detrás se ubicaba la segunda línea en El Trapiche, a cargo del general Rafael Pettit, la tercera línea fue dispuesta en un cruce, a 800 metros de la segunda línea, bajo el mando de Pedro Aranguren, y la reserva a la misma distancia de separación en Santa Inés. De acuerdo con el plan preparado por Zamora, al presentarse el atacante en La Palma las tropas federalistas ofrecerían poca resistencia y se replegarían a la primera posición, posición que sería entregada al atacante después de alguna resistencia y entonces los defensores se retirarían a donde se encontraba la segunda posición, y despues de un breve combate se volverían a replegar hasta la tercera línea, aquí la resistencia sería mucho mayor, y al final se replegarían hasta donde se encontraba la tropa de reserva; de esta manera los atacantes quedan a merced del grueso del ejército de Zamora.

El 8 de diciembre el ejército centralista, del gobierno, pernoctó en el pueblo de San Lorenzo, en la margen izquierda del río Santo Domingo, a la mañana siguiente el nivel del río bajó y las fuerzas centralistas avanzaron hacia La Palma, por lo que las fuerzas federalistas tuvieron que abandonar su posición y dirigirse a El Trapiche. Los atacantes esa noche armaron campamento en La Palma y el día siguiente, 10 de diciembre, reiniciaron el ataque, produciéndose el enfrentamiento con los defensores de El Trapiche, primera posición, tropa que se repliega después de haber causado cantidad de bajas al atacante. Concluida la acción contra la primera posición, los atacantes prosiguieron sobre la posición siguiente, la cual fue también tomada tras un sangriento combate. La idea del general Zamora era el ir dando poca batalla al enemigo en cada una de las líneas, en una estrategia defensiva, e ir replegándose hasta la posición posterior hasta concentrar el total de sus fuerza finalmente en Santa Inés, junto a la reserva, y en este sitio dar el golpe aniquilador pasando a la ofensiva y dividiendo en este lugar el ejército en dos alas envolventes. Además de que José Ignacio Chaquert y sus hombres ya habían construido un sistema de trincheras, once en total, a lo largo del camino y ubicadas a la derecha e izquierda del camino en las cuales se introducen un contingente suficiente de tropas que atacan al enemigo al pasar por los lados.

El coronel Jelambi estaba al mando de las tropas del gobierno y el día 10 comienza los ataques. Las primeras posiciones fueron tomadas de acuerdo a lo previsto por el general Zamora, y así sus fuerzas se fueron replegando hacia las posiciones posteriores hasta llegar a  integrarse toda la fuerza de Zamora en Santa Inés, en donde a las tropas del gobierno, diezmadas y desorientadas, les resultó imposible tomar esa posición; por lo que al coronel Jelambi no le quedó otro recurso que abandonar la lucha y huir derrotado.


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José M. Ameliach N.


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