Aun cuando el 29 de marzo el CNE hará la convocatoria a elecciones, y el 1° de julio arrancará oficialmente la campaña electoral para las presidenciales de octubre, es innegable que esa carrera comenzó hace tiempo. Actores principalísimos: el presidente Chávez y su gestión de gobierno, en menor medida los precandidatos de la MUD y, en tanto "cronistas" electorales, los medios de comunicación social y las encuestadoras.
Y en ese escenario en el que se discuten asuntos colectivos y aumentan las demandas de información de la ciudadanía, ¿se ha aceptado el papel de consumidores pasivos de información? o, por el contrario, ¿se confronta el poder y la manipulación de los medios de comunicación social consustanciados con su rol político? Y en períodos electorales, cuando la ciudadanía manifiesta su voluntad política a través del voto, ¿se dispone de información y orientación para la toma consciente de decisiones políticas?
Como preámbulo de la confrontación electoral, los medios de oposición han concentrado su agenda en dos frentes: la evaluación negativa de la gestión de gobierno. Y en el clima político electoral supuestamente adverso al candidato oficial. Tarea a la que se han unido los precandidatos de la MUD concentrados en atacar la figura del Presidente y, en menor medida, presentar y defender sus "salvadoras" propuestas de gobierno.
En el terreno de la democracia de opinión, cual oráculos, las encuestadoras presentan sus hallazgos y lanzan (sin querer queriendo) predicciones electorales. Recientemente, una empresa de sondeos le tomó el pulso al país y obtuvo resultados sorpresivos -para la oposición- que hablan de una población satisfecha con la gestión de gobierno (68% vivienda, 62%, educación, 53% salud, 47% empleo, 43% gestión en seguridad). Según este sondeo, impera una atmósfera de optimismo (65% de los venezolanos piensa que su situación económica va a mejorar en 2012), y ello contradice el clima negativo que pretenden imponer los medios de oposición.
Pareciera entonces que parte importante de la población se ha resistido al poder y manipulación de los medios y, además, ha rechazado el papel de consumidor pasivo de información. La propia gestión de gobierno y el poder comunicacional de Hugo Chávez han logrado intervenir la larga cadena de mediaciones entre los hechos y lo que finalmente se presenta al público como la versión fidedigna de la realidad.
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