Como el dicho: Tanto nadar para morir en la orilla. El 15 de Agosto de 2.004 tuvo lugar en Venezuela un referéndum revocatorio contra el Presidente Chávez, acto electoral único en el mundo entero, a éste proceso electoral asiste los votantes muy motivados, por los 2 bandos, los que están a favor y los que están en contra del Presidente de la República, por lo que las mesas de votaciones se vieron superadas en sus habituales logísticas y el proceso llega hasta la madrugada del día siguiente, y cuando al fin se cierran las urnas de votación, avanzada la mañana del 16 de Agosto, el presidente del Consejo Nacional Electoral, Dr. Francisco Carrasquero, anuncia los resultados del escrutinio el cual favorece a Hugo Chávez, horas más tarde Jimmy Carter en representación del Centro Carter y César Gaviria presidente de la OEA certifican los resultados oficiales del CNE; Sin embargo el gobierno de los Estados Unidos se negó a aceptar el pronunciamiento con relación al referéndum revocatorio. Días antes varias autoridades del gobierno de los Estados Unidos, en varias oportunidades, habían hecho saber que solo reconocería los resultados electorales si el Centro Carter y la OEA lo ratificaban, pero no fue así, la Casa Blanca de momento no acepta lo que en Venezuela había sucedido y es el 17 de Agosto cuando se ve obligada a reconocerlo; un vocero del Departamento de Estado con voz que se sentía afligida emite el anuncio de aceptación del resultado electoral y felicita al pueblo venezolano. El resultado final de este proceso fue: a favor de Hugo Chávez 5.800.629 votos y en contra 3.989.008, lo que porcentualmente es 59,10% a 40,64%. En esta elección se pudo ver fehacientemente como las manos de los Estados Unidos están metidas en la política venezolana. El 3 de diciembre de 2.006 en Venezuela se lleva a cabo una elección presidencial y Chávez es reelecto Presidente con 7.309.080 votos, su principal y único contrincante de la oposición, Manuel Rosales, saca 4.292.466 votos, lo que quiere decir que porcentualmente Chávez obtiene el 62,84 % y Rosales 36,90%. Observe el lector como en solo 2 años Chávez pasa de 59,10% a 62,84%, o sea que aumenta su caudal de votos en un 3,74%. Recuérdese que en ambos procesos eleccionarios el CNE tuvo que confrontar muchos ataques, pero debido a su demostrada ecuanimidad y fortaleza salió triunfante ante las muchas infundadas críticas.
Ahora todos los partidos de la oposición se vuelven a unir en la llamada Mesa de la Unidad Democrática, MUD, y planearon realizar una elección abierta para escoger a sus candidatos, a Presidente de la República, a Gobernador y a Alcalde, siendo escogida la fecha del 12 de febrero de 2.012 para llevar a cabo dichas elecciones, con la ayuda del CNE, elecciones que tienen lugar en 7.770 mesas electorales distribuidas en todo el país. El resultado es que sale ganador el abogado Henrique Capriles como candidato presidencial al sacar 1.900.528 votos sobre un total de 3.040.449, lo que representa el 64,2% de esos votos. Al analizar superficialmente el acto de votación se presenta una incongruencia, pues el cálculo más optimista para que cada votante complete todos los pasos para su votación es de 2 minutos, acuérdense que hay que escoger los candidatos a Presidente de la República, Gobernador y Alcalde, de tal manera que serían 30 votantes por hora, y, suponiendo que en todas las mesas se prorrogó el tiempo de votación a 10 horas, la cantidad total de votantes sería de 300; eso tomando en cuenta que ninguna mesa de votación se detuvo por haberse presentado algún inconveniente y que la afluencia de votantes fuera continua y no disminuyera el número de las personas a votar. De manera que 7.770 mesas de votación por 300 votantes cada una, es un total de sufragantes de 2.331.000 votos; pero resulta que la MUD contabilizó 3.040.449; y así no cuadran los números. Ahora bien, como el CNE según lo convenido con la MUD no tiene la facultad de revisar los cuadernos de votaciones, no hay modo de comprobar si lo que anuncia los interesados fue realizado limpia y éticamente. Por el afán CNE de obtener el reconocimiento de la oposición para que no lo tildara más nunca de fraudulento, permitió ser demasiado permisivo con los controles y no exigió a la oposición se sometiera a la más elemental regla de verificación de escrutinio, sin lugar a duda que el CNE no fue prudente y cometió un error garrafal y que la oposición hiciera lo que le diera la gana y justificara que todo fue avalado por el CNE.
De manera que hay que considerar que el CNE pecó de confiado, creyó que esta gente estaba actuando de buena fe y la mayoría de sus rectores nunca se imaginó que le estaban montando una asquerosa trampa; trampa que comprueba que con los líderes de la oposición no se puede llegar al más mínimo acuerdo.
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