En los meses que faltan para las elecciones presidenciales de este 7 de octubre, la oposición de derecha hará lo imposible no para derrotar a presidente Chávez pues los sabe imposible, pero sí para, inflando encuestas sobre todo, reducir la diferencia entre ambos candidatos a nivel de “final de fotografía”, y así poner en escena un plan de desestabilización, que pasa por cantar fraude contra Radonski, tomar varios centros electorales ya seleccionados por su ubicación en entidades que gobiernan; destruir o quemar el material electora; y presionar con guarimbas por la repetición de las elecciones con “supervisión” internacional; y de no lograr torcer así la voluntad popular, lograrán sí lo más grave: crear las condiciones para el plan de agresión violenta y directa contra Venezuela.
Quien haga seguimiento minucioso del accionar de la derecha venezolana y mundial, sabe que ésta no da ningún paso sin que el mismo responda a un plan que esperan tenga efectos a corto y mediano plazo. Y si se analiza desde este punto d vista, estos seis meses y pocos días que nos separan del 7- O, le pudiese servir a este sector político para, utilizando muy bien desde el punto de vista propagandístico las imágenes de la quema de los cuadernos electorales de las elecciones primarias del 12 de febrero, impulsar a multitudes de electores de Radonski a acciones violentas en torno a estos centros electorales una vez el CNE emita el primer boletín con resultados adversos a sus deseos.
La última estocada
Aun cuando este posible escenario busque ganar a la opinión publica internacional, manipulada como ha sido por las grandes trasnacionales mediáticas (FOX, CNN, BBC,…), al inoculársele en su percepción el falso talante antidemocrático del presidente Chávez y su gobierno; y que en lo interno esta estratagema pudiese ser frenada con el pueblo bolivariano y los militares patriotas en la calle; aun así, los enemigos externos de Venezuela, la derecha internacional y sionista, en particular la estadounidense y europea, sumarían otro hoja mas al “expediente” para su última estocada.
¿Puede alguien a estas alturas en Venezuela y más aún después de ver los sucesos de Libia, Siria e Irán, dudar acerca de cuál es el objetivo único del imperialismo internacional sobre el caso de una Venezuela que se le alzó hace 13 años, y con las mayores reservas petroleras en un mundo en el que el preciado hidrocarburo se agota? Más aún cuando la poderosa, en todos los sentidos, China Comunista, viene demostrando que sólo con una política de intercambio comercial mutuamente beneficiosa entre países y pueblos soberanos, podrá cubrir la demanda de petróleo que requiere su cada vez más poderosa economía e industria.
Jugadas bien dadas
Todo es cuestión de tiempo y de jugadas bien dadas. Y más aún: es cuestión de que todas las condiciones que requiere el imperialismo para dar al traste con la revolución bolivariana estén dadas.
Sería suicida, pues, y por sólo hacer referencia a una posibilidad, que sea desde el propio campo de la revolución que se le facilite el trabajo, cuando ello parece ser lo que viene sucediendo, o se induce a que suceda vía infiltración de agentes, cuando colectivos que se dicen de izquierda atizan la candela para que se les satisfaga exigencias que exigen bajo su infantilista e inmediatista enfoque de “el todo o nada”, si negar por ellos que sean justas en algunos casos.
Y peor aún, exigencias que exigen estos “mas revolucionarios que todo el mundo” sin tomar en cuenta el delicado y sofisticado juego de ajedrez geopolítico de dominación que desarrolla el imperialismo y la derecha nacional e incluso regional, es decir latinoamericana, para que Venezuela muerda el peine y, por ejemplo en el caso de Colombia, le permita a su oligarquía obstinadamente antibolivariana desde siempre prestarse y prestar su territorio para una posible agresión armada a nuestro país con el argumento de que ello responde a que Venezuela mantiene sus vínculos con las Farc.
Visto desde esta perspectiva y considerando como de alta posibilidad que la derecha venezolana esté dispuesta a “jugarse a Rosalinda” una vez se entere el 7 de octubre que el presidente Chávez la derrotó nuevamente, y más aún, dispuesta como siempre se ha mostrado, a prestarse para el plan de injerencia y agresión militar imperialista contra nuestro país, le pudiesen indicar al Pentágono que las condiciones que han venido buscando para acabar con la revolución bolivariana está dadas, todo ello dentro de la estrategia Obama.
Y preguntémonos entonces si Siria no le está sirviendo de laboratorio a la CIA para sus posibles cursos de acción post 7 de octubre en nuestro país, y cuando a la opinión pública internacional se le viene haciendo creer que se trata de un pueblo cansado de la opresión del gobierno del presidente Bashar Al Assad, y por tanto compelido a activar el derecho a la rebelión y con la solidaridad de países vecinos , como es el caso de Turquía; cuando en realidad se trataría del accionar de verdaderos ejércitos mercenarios armados por EE UU, Europa, Qatar y Turquía , infiltrados por meses a través de las fronteras de Siria co este último, han provocado muerte y destrucción para derrocar un gobierno que aun contando con un masivo apoyo de su población -reconocido por el mismísimo estratega en desestabilización norteamericano, Henry Kissinger, recientemente-, estaría dispuesto a sentarse con una oposición sensata a buscar salidas pacíficas a una crisis de ilegitimidad e ingobernabilidad artificial y previamente propiciado mediáticamente por estos países.
Por cierto. ¿Y a caso esto último no es lo que ha estado sucediendo en nuestro país en estos 13 años?
*Miembro de la Coordinación nacional del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios
mov.soc.mac@gmail.com