Para despecho de muchos opositores, llenos de vergüenza en los tiempos del filósofo del Zulia, el personaje aquel de “si me matan y me muero”, en este pasaje, el personaje en cuestión no solo dice e inventa barbaridades sino que además no es capaz de hilvanar una idea. Definitivamente que esta derecha confronta una verdadera crisis, crisis que se agudiza en la medida en que el pueblo se organiza y asume conscientemente funciones de poder.
Los tanques pensantes de la derecha deben estar desesperados realmente, ni se diga de los asesores pagados por el imperio, pareciera que muy poco resultado positivo le da el despliegue de una caterva de opinadores que riegan sus ideas en los medios de la burguesía. Tampoco les ha dado mucho resultado la adquisición de personajes que se quitaron la careta y se hacían llamar “de izquierda”. A pesar que pretenden confundir con sus teorías inventadas por los laboratorios del imperio. Es por ello que personajes como Miguel Salazar, otrora “defensor” de las ideas revolucionarias, ahora con su menjurje ideológico pretende cazar incautos y lanza el ataque contra el presidente Chávez, contra el liderazgo, el carisma y capacidad del presidente, además que deja correr su tesis necrofilia haciendo vagas comparaciones con personajes como Betancourt. http://www.lasverdadesdemiguel.net/ Por otra parte, revistiéndose de un “enfoque marxista”, pretende sembrar dudas de la conexión amorosa entre el comandante y su pueblo que no demuestra otra cosa que la fe de un pueblo en su líder.
¿Es casualidad acaso que Miguel Salazar en su análisis y el comportamiento de Capriles con quererse parecer a Lula no obedezcan a un plan concebido por un mismo laboratorio? Por una parte la derecha está loca al no poder destruir el vínculo entre el pueblo y el líder de la revolución y por otra sabe que no podrá engañar si demuestran sus verdaderas intenciones como es: acabar con las misiones, vender PDVSA, echar a los adultos mayores de los beneficios de la revolución y un largo etcétera que concluye en una entrega del país al imperio nuevamente. Por una parte atacan los fundamentos ideológicos de una revolución y por la otra coquetean con la tesis reformista de “un socialismo light”, o algo remozado del “socialismo” europeo que no es otra cosa que la socialdemocracia.
Ante esta situación los revolucionarios no nos queda otra cosa que aunar los esfuerzos, echar a un lado las posiciones personalistas que todos llevamos dentro, hacer un esfuerzo gigantesco por consolidar la unidad. La unidad del pueblo es la única salida para derrotar a un imperio que a pesar de la crisis hace hasta lo imposible para derrotar la esperanza, el poder lo tienen, poseen las bombas atómicas, poseen todo el poderío militar, la tecnología para seguir dominándonos, de manera tal que el ejemplo venezolano ellos tratarán de borrarlo de la faz de la tierra.
La unidad revolucionaria nos tiene que llevar a un estadio superior de relacionarnos dentro de la sociedad, los partidos revolucionarios y toda acción inherente al proceso de transición. Llegó el momento de echar a un lado la cizaña, el chismorreo y la mala fe entre todos y todas los y las militantes de la revolución. Es menester elevarse por encima del estiércol que inunda el sistema capitalista para retomar el camino del amor. Seguramente si Marx existiera, además que nos hubiera nutrido mucho más en el tema de la transición, seguramente hoy se abrazaría con Bolívar, con Martí y con Cristo. Sin duda que el aporte de Marx a la teoría revolucionaria fue muy importante, sin embargo no es algo acabado, definitivo, religioso. Para nadie es un secreto que la ideología dominante se apoderó de la esencia revolucionaria de todo quien luchó por la justicia y lo convirtió en figuras de mármol, pero esto no es lo que ocurre con Chávez. El propio Chávez lo ha expresado más de una vez, él no se considera el único capaz de hacer la revolución, esta es una obra de todos y todas.
Decir que Chávez no es “marxista a rajatabla”, además de una estupidez muy característica de Miguel Salazar, porque seguramente éste jamás ha leído que el propio Marx sentenció: “Yo solo sé que no soy marxista”, ahora bien, este personaje no hace otra cosa que cumplir su misión de convertirse en un engranaje de la estrategia imperialista: Confundir al pueblo con un menjurje ideológico…está clara la estrategia de la derecha y para ello echa mano a personajes como el señor Salazar…
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