Trinchera de Ideas

Leer: ¿Necesidad o disfrute espiritual?

¿Cuándo aprendemos realmente a leer? ¿En los primeros años de la infancia, cuando nuestros padres nos enseñan las primeras letras en la casa o aprendemos a leer solos? ¿Cuándo en el Primer Grado de educación las maestras y los maestros dan al niño las herramientas necesarias y se pasa al Segundo Grado ya sabemos leer poco a poco? ¿O es cuando somos adolescentes y tenemos mayor madurez y equilibrio intelectual y nos adentramos de lleno en la lectura de libros apasionantes?

Mi experiencia personal sobre la lectura 

Mis primeras lecturas se remontna a la infancia donde en mi casa, poseedora de muchos libros de temas variados, entre éstos las aventuras de Sandokan un personaje de las luchas liberadores de los pueblos de la Malasia, obras de Rómulo Gallegos como Doña Bárbara y muchísimos más. Mis madre me leía y yo me acercaba a los libros y aprendí a leer prácticamente solo. Ya en la escuela donde estudié me fascinaba ir a la biblioteca que era muy bella y me centré como lector; siendo un adolescente era un devorador de libros y mi generación, la que participó en las heroicas luchas de los años 60’ del siglo XX, puedo afirmar que se leyó toda la épica literaria soviética de la II Guerra Mundial y toda la literatura revolucionaria latinoamericana, ni uno solo dejó de leer Así se templó el acero. En lo personal me adentré en la lectura de la literatura rusa, francesa, inglesa, española, venezolana y latinoamericana. Tuve un formidable piso de lecturas.  

No siempre el hombre y la mujer supieron leer; por siglos los pueblos eran ajenos a la lectura, analfabetos y analfabetas por generaciones, su condición de parias, de explotados, de excluidos y marginados sociales no les permitía tener acceso a los libros, a los maestros, al saber, su aprendizaje era de otras formas, a través del trabajo, de las actividades culturales, folklóricas, de la vida, de la praxis social que es una de las mayores formas de adquirir conocimientos, pero muy pocos tenían el conocimiento que dan los libros tal y como los conocemos hoy.

¿Dónde estaban los primeros libros y las bibliotecas y quiénes tenían acceso a ellas?

En primer lugar debemos considerar que los primeros libros fueron hechos de plantas como el papiro, de cuero de oveja, en tablillas; es decir, la producción del libro por varios siglos fue incipiente, escritos a mano. Fueron los chinos quienes crearon las primeras imprentas y el desarrollo del capitalismo en su etapa industrial permitió crear la imprenta, siendo el alemán Gutenberg el que construye una versión europea de la imprenta que permite la producción del libro de relativa forma masiva para la época en occidente, comparada con los libros escritos a mano o los tipos tipográficos de madera.

Una minoría dominante, los patronos propietarios de las fábricas, los latifundistas dueños de la tierra, el clero y los sacerdotes, las minorías poderosas, los escribas eran quienes tenían acceso al conocimiento y a los libros; el pueblo lo mantenían embrutecido y el saber no era para el que producía la riqueza, el que labraba la tierra, se hundía en los socavones de las minas o le arrancaba al mar las riquezas, los artesanos. Igual pasaba con las bibliotecas, a ellas accedían los grupos y clases poderosas.

¿Cómo es el sistema bibliotecario venezolano hoy donde millones de personas tienen acceso al libro?

Tenemos en Venezuela 56 bibliotecas públicas y 277 salones de lectura más 23 puntos de préstamos, 20 servicios de bibliotecas móviles, además de eso existen 24 bibliotecas públicas, una en cada capital de estado.  Sólo el año 2008, fueron atendidos en esta inmensa red 14.893.047 usuarios, la consulta fue de 33.314.937. (Anuario Estadístico 2009 del Instituto Nacional de Estadística, páginas 244-247). 

No se incluyen las bibliotecas de las universidades nacionales, las bibliotecas por carreras ni las bibliotecas especializadas.

La educación como la conocemos hoy es una conquista del siglo XX. La enseñanza, el saber surgen como una necesidad del desarrollo capitalista, es inherente al desarrollo de las fuerzas productivas del modelo de dominación, pero en los países de la llamada periferia, es decir, las naciones subdesarrolladas, llamadas del Tercer Mundo, los países de África, de América Latina y el Caribe, de Asia, cuyo papel en la economía mundial es el de vender sus materias primas a las naciones del Primer Mundo a precios viles, la condición de naciones mono productoras marcó los procesos de aprendizaje, educativos y, por extensión, las políticas de la lectura, de estímulo del hábito de leer siguieron siendo para la burguesía y la clase media, porque ésta última era la llamada a ocupar la parte gerencial de las empresas capitalistas y lo que estudiaba era lo que les interesaba al capitalismo, el pueblo no era invitado a esa vital actividad cultural; es ahora, con el proceso revolucionario, cuando se comienza a crear las condiciones para que el niño, el joven y el adulto del pueblo se enamoren de la lectura con una masificación nunca vista de la educación que asciende a la cifra de 9.329.703 estudiantes y estudiantes a todos los niveles.

Hay que señalar que con las tasas de escolaridad de la IV República el interés por la lectura era bajo y la producción del libro escaso y caro, esto abarca a los sectores humildes y las clases populares hasta las clases medias, que se ufanan de cultas y letradas.

La revolución bolivariana y socialista incentiva el interés y el amor por la lectura

Sin dudas que es la revolución bolivariana y socialista la que ha incentivado e incentiva el interés y el amor por la lectura. En primer lugar ya para el año 2008 el PIB en educación era del 6,3%, es decir, más del doble que el año 1998.   El boom editorial con la publicación de un millón de ejemplares de El Quijote –el simbolismo no puede ser más notorio, tratándose de la novela más importante y mejor escrita en lengua castellana–; la publicación de un millón de la Biblioteca Popular contentiva de 25 libros exquisita y sabiamente escogidos entre las mejores lecturas venezolanas y latinoamericanas, repartidos entre los niños y niñas del Educación Primaria. La edición del magnífico libro: Los Miserables, de Víctor Hugo, un millón de ejemplares de cada uno de los tres tomos; la edición de la colección de diez libros para conmemorar los 20 años del alzamiento del 4 de Febrero de 1992, donde se editaron 50 mil ejemplares de cada uno.

Ningún gobierno ha hecho tanto por incentivar el interés por la lectura como el gobierno revolucionario del presidente Hugo Chávez. Planes y campañas de lecto escritura, estímulos de diverso género, reparto gratuito y masivo de libros. Venta de libros a precios irrisorios, es decir, una política de subsidio al libro cuando, precisamente, el precio del papel y los insumos de artes gráficas para imprimir el libro, se ha encarecido como nunca a nivel mundial y de Venezuela. Veamos algunas cifras de la producción del libro. El año 2000 se imprimieron 65.800 libros, el 2006 se dio un gigantesco salto y se imprimieron 4.270.272libros, el 2008 el salto llegó a la enormidad de 5.838.880, lo que equivale a un libro por cada 4 venezolanos.

Hay una política de estímulo a la lectura dirigida a todos los venezolanos y venezolanas como política de Estado, pero no por decreto, sino incluso predicando con los hechos. ¿Qué mejor ejemplo que el mismo presidente de la República, que no sólo recomienda tales o cuales libros, sino que lee extensas citas, los comenta, los recomienda y, lo más importante, lo relaciona con la vida del país, con la política, con la cultura, con la producción agrícola, con la espiritualidad?

Ese gran maestro y comunicador que es el presidente Chávez, muestra cotidianamente el amor por la lectura, su trascendencia e importancia no sólo en la vida de cada individuo sino dentro del proyecto de país que nos estamos dando la lectura como tal tiene un carácter estratégico de primer orden.

La alfabetización: Aprender a leer es aprender a vivir

Tal y como señalamos en el título de este trabajo, leer es una necesidad vital en la vida humana, un indefinible disfrute espiritual porque, como decía una canción cubana cuando la campaña de alfabetización en 1961, aprender a leer es aprender a vivir, si no preguntémosle a ese más de millón y medio de compatriotas alfabetizados por la Misión Robinson, el enorme cambio que significó en sus vidas y, por extensión, el aporte al país, ese aprendizaje, ¿cuántos son o van a ser profesionales de la República en diversas carreras y el aporte que harán a la Patria a Través de la UBV o de la Misión Sucre?

Ese aprendizaje se produjo gracias a la lectura, a los nuevos hábitos aprendidos en el proceso de iniciarse en los estudios básicos. La alfabetización, en este caso, fue el primer escalón de una larga escalera para alcanzar el aprendizaje y la nueva cultura. Cuando un adulto aprende a leer y escribir, con sus saberes y experiencias acumulados, con sus niveles de abstracción y manejo de la lógica –a veces intuitivamente– su proceso de aprendizaje será más acelerado y la lectura será una de las mejores herramientas con las que contará en el proceso de aprendizaje. Venezuela ostenta la hermosa cifra de 1.678.671 personas alfabetizadas para el año 2009. Hay que tomar en cuenta que el sistema de alfabetización cubano Yo si puedo estuvo acompañado de clases audiovisuales con más de millón y medio de textos de apoyo, igualmente para las clases de la Educación Primaria para adultos, continuación para los alfabetizados, de Cuba vinieron millones de textos de Matemáticas, Castellano, Historia y Geografía de Venezuela, etc., libros elaborados por el Ministerio de Educación de Venezuela. He allí una buena semilla para la afición por la lectura.

Finalmente, para quienes hemos integrado la lectura a nuestras vidas, debemos decir que ésta es un delicioso vicio –el único que es posible admitir como tal– que es imposible prescindir de él, nos acompaña y forma parte de nuestras vidas y de nuestra personalidad. Cada vez que leemos un libro, una novela, una obra trascendental, un buen ensayo o un artículo, estamos, como decía la canción cubana, aprendiendo a vivir, o como dice Chávez, vivir viviendo.

*Humberto Gómez García, escritor, ha publicado 15 libros de historia, biografías, poesía, narrativa, periodismo. Director de la revista alternativa Caracola y de la página web revistacaracola.com. Licenciado en Educación. Político revolucionario bolivariano y socialista, trabajador socio/cultural y organizador social y comunitario. Periodista alternativo.

humbertocaracola@gmail.com


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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