¿Santos, OEA, y Correa entre primera y segunda?

El viaje de Juan Manuel Santos a Cuba, “a entrevistarse con el presidente Chávez”, tuvo también interés por llevarle recado al gobierno cubano, por “el dolor que le embarga” no invitarle a Cumbre de las Américas, que se celebrará en Cartagena. ¡Algo inusitado! Según voceros de la OEA, la facultad de invitar a Cuba u otro país, a ese evento, la tiene el anfitrión, en este caso Colombia. No obstante, en la Habana, el presidente neogranadino, expresó públicamente que por falta de “consenso”, no extendería esa invitación, pese a que un buen número de países, entre los cuales podríamos mencionar los integrantes del ALBA y otros, están en vanguardia por ella. Más de lo mismo. El primer mandatario colombiano, puede que finja; ahora nos conviene creerle y él lo crea. Con su salida ante el asunto con Cuba, pretende quedar bien con Dios y con el diablo. Pero es obvio, fue sorprendido entre primera y segunda. No hizo uso de la soberanía colombiana que representa para extender la invitación como le solicitaron. Optó por buscar lo que no se le había perdido y, a sabiendas no lo encontraría, el consenso. ¿Cómo preguntarle al conde Drácula, sabiendo bien que le tenemos en frente, si quiere le muestren un crucifijo? Santos no es hereje, no ha traicionado a nadie. Es coherente, está a favor de los intereses de los exportadores colombianos, que mal les pese, no pueden deshacerse del mercado venezolano, les atrae el del ALBA, pero es pana de los gringos; con quienes siempre ha estado. No es traidor ni advenedizo. No obstante, su fingimiento, viaje inesperado a Cuba, sin invitación, valiéndose de Chávez, para darle explicaciones al gobierno isleño, es una muestra cómo han cambiado las cosas. Este país, por intermedio de su canciller, ha dado “gracias a Santos”, por su esfuerzo, gesto que también es relevante en materia diplomática en nuestro mundo, pero denunció que las manos del gobierno estadounidense están metidas hasta los codos. Pero todo lo anterior, con el perdón de los “santos”, pone el balón en nuestro campo. Ya nuestra América reventó el ALCA e hizo nacer ALBA y CELAC. Entonces, estando así las cosas, desde nuestra perspectiva, llena de baches y desinformaciones, nos luce poco acertada la actual posición del presidente Correa, la cual, según los cables más recientes, ha optado por no asistir a Cartagena, mientras Obama anuncia se mantendrá de visita en Colombia por uno o dos días más. Pareciera como sensato aceptar el reto y hacer de alguna manera que la agenda retome la discusión de Trinidad; allí Obama habló de no hablar del pasado sino del presente y de éste ahora debe hablarse, porque contiene el rechazo imperial a Cuba, que ha dejado mal parado al gobierno colombiano. No hay forma civilizada de impedir que esa discusión allí se dé, circunstancia que el presidente Chávez ha planteado. Es buena la oportunidad para reventar la OEA, denunciar y hasta lograr una declaración contra el bloqueo. Si todo o psrte de lo aquí dicho se produce en Cartagena, la estadía de Obama no sería lo agradable que espera.A cada cochino le llega.

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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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