De ello se desprende, por caso, la inactividad pública reciente del candidato de la MUD, Capriles Radonski. El Gobernador de Miranda se ha convertido, llamativamente, en un actor de menor importancia en la contienda: no sólo ha bajado sensiblemente en las diversas encuestas de opinión que se han hecho públicas, sino que no ha sabido capitalizar la “ausencia” de Chávez en Venezuela (el entrecomillado deja en claro que la actividad del Comandante en La Habana ha sido importante en cuanto al seguimiento de las tareas cotidianas de gobierno, sobre todo en lo relacionado con las temáticas sociales).
Vargas Llosa y la “elocuencia” de Radonski
El reciente apoyo público de Mario Vargas Llosa es un verdadero “salvavidas de plomo” para Capriles. El escritor peruano –de nacionalidad española y ascendido al título nobiliario de “marqués” por la monarquía de ese país europeo- ha declarado que “si las elecciones son libres, si las elecciones no resultan amañadas, hay muchas posibilidades de que Chávez, minado por la enfermedad, las pierda. Creo que sería una gran cosa no sólo para Venezuela, sino para el resto de América Latina". Además, ha elogiado la “elocuencia” del candidato de la MUD.
No es la primera vez que el “marqués” intenta aportar a la desestabilización de los de los gobiernos más radicales de nuestro continente. Ya lo ha hecho en reiteradas ocasiones: a nivel general, contra el ALBA, y contra Venezuela en particular. Si llama la atención que siga insistiendo, argumentativamente, con el “eje democrático” para desmerecer al Gobierno Bolivariano, llegando al ridículo de hablar de la posibilidad de unas “elecciones amañadas” respecto a uno de los procesos con mayores niveles de participación política a nivel continental (15 elecciones absolutamente limpias en 13 años, y un constante fomento a la democracia participativa a través de instancias cotidianas como los Consejos Comunales), mientras recurre al apoyo a Capriles Radonski, involucrado en el asedio a la Embajada de Cuba en 2002, durante el Golpe de Estado contra el propio Chávez. De esta forma, paradójicamente, la dicotomía “democracia vs autoritarismo” deja a Vargas Llosa apoyando al candidato de aquellos que, el 11 de Abril, creyeron que se podía poner fin a la Revolución Bolivariana.
Es importante destacar que los “salvavidas de plomo” de la derecha venezolana intentarán seguir sembrando dudas de aquí en más: sobre la salud de Chávez -en relación a supuestas disputas internas- y sobre la credibilidad de las encuestas que le otorgan al GPP 30 puntos de ventaja sobre la MUD.
Ante este escenario -dinámico, pero muy favorable- se impone como un desafío imprescindible para los Movimientos Sociales el reforzar la construcción del Gran Polo Patriótico, con vistas a (y más allá de) Octubre. Se deberá mostrar que las actuales políticas sociales y culturales que existen en Venezuela sólo son posibles en el marco de la Revolución Bolivariana, a través de instancias de organización cotidianas, democráticas, amplias y participativas, que garanticen los derechos del “bravo pueblo” venezolano.
(*)Licenciado en Ciencia Política UBA / Argentina
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