Venezuela: la punta del iceberg de una confrontación crucial

Los sucesos violentos de Cotiza, los de la urbanización 23 de Enero, el ataque a la FAN en frontera Táchira - Colombia con saldo de dos efectivos muertos, y más recientemente la reaparición publica de los chicos "manitas blancas" de la organización JAVU atacando la credibilidad del Consejo Nacional Electoral, e incluso la muerte de la hija de un diplomático chileno en extrañas circunstancias en Maracaibo, no parecen ser otra cosa sino la punta del iceberg de los posibles cursos de acción que esperaría a los bolivarianos, y al pueblo venezolano en general, en su confrontación política e histórica con la derecha venezolana, y mas aún mundial; confrontación que es catalogada por analistas de crucial.

Si ello en realidad es así, entonces quienes defienden la revolución bolivariana quizá estemos obligados como nunca antes a pensar y analizar dialécticamente el porqué es crucial esta confrontación política, y qué intereses se ocultan detrás de las acciones deunas elites económicas que, en definitiva, son las propietarias de las corporaciones empresariales nacionales y transnacionales de todo tipo -y atadas en condición subalterna las primeras a las segundas- que hacen vida en el país, llámense industriales, financieras y petroleras; en el caso de estas últimas, por poseer Venezuela una las primeras reservas mundiales de petróleo, lo que la hace demasiado apetitosa para las ansias de ganancia capitalista.

Se trata, por lo visto, de que en este momento han aflorado con el mismo significado y significación social que motivaron nuestra lucha independentista, las irreconciliables contradicciones de clase de que habló Marx en su momento entre estas élites económicas que “no tienen patria” sino intereses mercantilistas y/o capitalistas, y las mayoría nacionales de nuestro país. Vale decir: los trabajadores del campo y de la ciudad, los pequeños y medianos productores del campo y de la ciudad, los intelectuales y científicos, y por supuesto los militares patriotas, quienes todos a uno reivindican su derecho a vivir con dignidad, o “vivir viviendo”.

Para ello, esas mayorías dispone hoy de riquezas naturales, particularmente la petrolera, cuyos proventos pueden, se viene demostrando, ser distribuidos más equitativamente entre todas y todos con base al aporte laboral de cada quien, o mejor dicho: de su trabajo. Y más aún: éstas también pueden intercambiarse solidariamente y con reciprocidad en lo que a beneficios se refiere, con sus pares de los países latinoamericanos y caribeños, quienes con sus propias particularidades nacionales también vienen librando desde siglos atrás una ascendente lucha contra la dominación imperialista, primero española, y ahora norteamericana-europea; lucha que hoy tiene garantía de éxito sólo si concretamos el sueño bolivariano de la unión de nuestras naciones.

He de allí entonces el porqué Venezuela se ha convertido desde hace 13 años en una piedra en el camino por el cual y sin dificultad alguna parecía transitar el caballo de Troya de la globalización neoliberal una vez el socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, primero, y el socialcristiano Rafael Caldera, de seguido, le abrieran las puertas, ejecutando como dóciles mandatarios las políticas de shock económico fondomonetaristas, que en tan solo en una década (1988-1998) sumieron al 70 por ciento de la población venezolana en la más abyecta pobreza.

Conocidas estas políticas económicas antipopulares como el “Paquete de medidas” una, y la “Agenda Venezuela”, la otra; de esta última, uno de sus artífices, el ex guerrillero comunista Teodoro Petkof, respondería cada vez que fue abordado por le prensa sobre su implementación: “Estamos mal pero vamos bien”.

Nuevamente, la derecha venezolana nucleada en la llamada mesa de la Unidad Democrática (MUD), pretende vendernos esas nefastas políticas económicas a través, también de nuevo, del uso del viejo “arte” del birlibirloque goebbeliano –Ahora llamado asesoría de marketing electoral made in USA- , tanto con su candidato, Henrique Capriles Radonski, como con su llamado Programa de Transición; ese que desde ya muestra sus costuras cuando señala que, de ganar las elecciones este cercano 7 de octubre, retrotraerán a Pdvsa a su mero papel de industria petrolera del pasado puntofijista, y por lo tanto sin ninguna responsabilidad en materia de desarrollo social como sucede en la actualidad, cuando sirve de locomotora de las distintas misiones sociales en ejecución hoy en nuestro país y cuyo impacto en la disminución de esa pobreza heredada es cada vez mas inocultable .

Recordemos que en el caso más extremo de este dogma ideológico del capitalismo neoliberal, o la “mano invisible del mercado” como generador de un supuesto bienestar social, y a modo de ejemplo de lo que esperaba más adelante a Venezuela de seguir ese mismo camino, esta nefasta política económica contempló incluso que Argentina cediera parte de su soberanía territorial si no podía honrar su deuda externa monetariamente, o sea entregara parte de su territorio. Razones, entre otras, que llevaron al economista Joseph Stiglitz, en un gesto de sensatez sin parangón a renunciar al directorio del Fondo Monetario Internacional ante lo que consideró en ese momento un grave precedente para la estabilidad y existencia misma del sistema de naciones-estado surgido en 1948 con el nacimiento de la ONU.

Puesta nuevamente en grave riesgo nuestra condición de nación independiente y soberana por la nueva arremetida neoliberal, surgió entonces un joven liderazgo militar, encarnado en la persona de Hugo Chávez, que con su arriesgada acción del 4 de febrero de 1992 primero, y luego con su primer triunfo electoral de 1998, pudo detener lo que a todas luces constituía la entrega total de nuestra soberanía a los designios e intereses económicos del sistema capitalista mundial.

Pero no debemos olvidar: también esta globalización neoliberal requería el desmantelamiento de la capacidad de defensa militar de nuestros países, previendo precisamente el surgimiento del rechazo en sectores militares patrióticos y nacionalistas como sucedió en nuestro caso. Allí están los lineamientos contenidos en los documentos del Pentágono conocidos como Santa Fe I y II de la era Reagan, que entre otras cosas planteaba la conversión de los ejércitos latinoamericanos en simples y policías antinarcóticos subordinadas a la DEA.

Pues bien, estamos frente a la misma confrontación soberanía nacional vs. globalización neoliberal, en su continoum histórico y/o proceso dialéctico, del cual este 7 de octubre de octubre representa ciertamente una crucial batalla más de nuestro pueblo contra un oponente, las élites de dominación imperialista y sus lacayos internos: la oligarquía nacional, que cuenta con toda una poderosa maquinaria mediática y de manipulación psicológica nacional e internacional; y también de desestabilización, incluidos sabotajes de todo tipo, que no repararán incluso en ocasionar incluso daños humanos calculados, y que hay que insistir: el asesinato de dos efectivos militares de nuestra FAN, nos debe poner en alerta, pues tan repudiables acciones pudiesen incrementarse, tal y como ahora sucede en Siria, donde han sembrado mercenarios y grupos terroristas como Al Qaeda.

*Integrante de la coordinación nacional del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC).

mov.soc.mac@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2109 veces.



Carlos Machado Villanueva*

Integrante del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC).

 mov.soc.mac@gmail.com

Visite el perfil de Carlos Machado Villanueva para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: