La población Negra venezolana fue invisibilizada en 1.864 por la Constitución política, aprobada por los mantuanos de esa época, en la cual se estableció la igualdad racial y se crea el prototipo del venezolano mestizo, incoloro, inodoro e insípido. Con esa acción jurídica se perdió toda razón para pelear por algún derecho político o humano. Al establecerse constitucionalmente que todos éramos iguales, las luchas y guerras raciales que hasta ese momento habían ensangrentado el suelo patrio, dejaron de tener justificación.
Nunca más, a partir de esa Constitución, la palabra “Negro o Negra” aparece en ningún texto del Derecho Civil venezolano. Tampoco aparece la palabra “Afrodescendiente”. L@s Negr@s fueron borrados del mapa genético y el fenotipo racial se hizo invisible. Se decía: “Aquí gracias a Dios, no hay discriminación racial” y claro que no había, pues los negros no existían. Eran invisibles jurídicamente y en una sociedad donde todo se decide por Ley, es imposible ejercer el Derecho donde una de las partes no aparece o no existe.
En la actual y vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tampoco existen las referencias a “Negros” o “Negras”. Todavía no han dejado de ser invisibles. Para poder visibilizarlos y por estar en tiempos de revolución, nuestros legisladores aprobaron el término “Afrodescendiente” y allí metieron a todos esos millones de venezolanos que no calzamos con el prototipo racial caucásico europeo y que la TV nos muestra como “genuinos y genuinas expresiones de la venezolanidad”.
Los venezolanos de piel con alta concentración de melanina, comenzamos a ser considerados extranjeros en nuestra patria, esa que construimos con sangre, sudor y lágrimas y pasamos a ser, por un artilugio legal, descendientes de tribus africanas, las cuales no aparecen en nuestra memoria histórica. Según los creadores del término “Afrodescendiente”, nosotros tendríamos que recoger el legado perdido y volver a prácticas culturales que, según ellos, son las nuestras. De nada han valido más de 300 años por construir una identidad propia latinoamericana y caribeña. A esa identidad solo tienen derecho los blancos hijos de europeos, los cuales deben borrar sus raíces y dar origen al venezolano autentico. Los Negros que se vayan para África, pues de allí vinieron y allí deben regresar a buscar sus orígenes.
Nos lastiman profundamente los ataques racistas contra los “afrodescendientes venezolanos” y el no poderlos defender, pues la derecha apátrida y escuálida no los está atacando por ser los Negros o Negras que vivimos en este país y que siempre hemos sido “negreados” por el color de nuestra piel o por nuestros rasgos físicos. Ellos enfilan sus baterías contra los “afrodescendientes”, que hoy constituyen una casta dentro del espectro político venezolano y que están luchando por parcelas de poder. Ellos saben que durante la Guerra Federal (1,859-1.864) casi desaparecieron del suelo patrio y que una nueva guerra racial seria nefasta. Por eso nos mantienen invisibles, pues cuando logremos aparecer van a tener que pagar la deuda que con nosotros tienen.