Quizás su más anhelado desafío político no corresponda sino a ese absolutismo que señalaba María Zambrano hace más de medio siglo: borrar el pasado y camuflar el porvenir. Este sujeto desearía que Abril del 2002 desapareciera del abecedario de la memoria colectiva y evaporara su maroma fascista e invasiva a la embajada de Cuba, para que así su mudez no tuviera un adversario de corte temporal e histórico tan severo (¡vaya que lo es!) y así, tal como ha sido, deambular cual duende malvado por calles de Cotiza y del pueblo agitado y pensante; cifrando en monosílabos y palabras quebradizas sus chistes balurdos, sus muecas hacia los gordos y las mujeres; su esperanza de ser Otro y mostrar un currículo presentable (y diferenciable) después del 12 de febrero, cuando hasta Pablo Medina no quería ser su Otro Yo, aunque citara a Maneiro, o Pablo Pérez deslizara su mano por el culo de uno sus correligionarios, o los casos risibles de María Machado o Diego Arria, especie de Momias de Guanajuato .
Por eso, cuando el pueblo no le come su cuento, CR acude a la aplicación de su "agenda oculta".
Pienso estas cosas porque leyendo a Vicente Romano, bastante pedagógico e ilustrativo de la obra de los lingüistas que publicitan los códigos verbales de las guerras promovidas por los Imperios contra los pueblos árabes, como si fueran prendas de paz y amor; guerras concebidas desde el Pentágono en términos de "fuego amigo", "guerra preventiva", "estabilidad interna", uno no puede apartarse del "fenómeno" mediático de estos días contra los afrodescendientes, los pobres y los "chavistas de mierda" que vamos siendo.
El sionismo y el racismo, ya han ejecutado muchos modos de intimidación en la historia. Dice Romano que el terror es "consustancial" a ellos. Niños, mujeres, ancianos y animales han sido objeto de estos siniestros ismos.
Y Capriles? Mudo. Rayma habla por él.
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